Los químicos agregados a la comida se vienen utilizando
hace décadas para mejorar el aspecto y el sabor de los alimentos, y para
prolongar su vida útil. Pero ¿estos aditivos realmente agregan un valor a tu
comida?
Se calcula que un hogar promedio estadounidense gasta el 90% de su
presupuesto alimentario en comida procesada. Es por eso que actualmente la
población está tan expuesta a un gran grupo de aditivos alimentarios, que
pueden provocar problemas en la salud.
Existen aditivos que tienen efecto más nocivo que otros,
pero daremos un panorama general de cuáles son los que debes tratar de alejar
de tu dieta.
EDULCORANTES (ENDULZANTES NO CALÓRICOS):
El aspartamo está presente en los productos
etiquetados como “light” o “sin azúcar”. Se cree que es carcinógeno y cada vez
más estudios atestiguan casos de reacciones adversas, mucho más frecuentes que
con otros aditivos. Además resulta tóxico para el sistema neurológico; se cree que afecta la memoria a corto plazo y puede provocar desarrollo de
tumores cerebrales, mal de Parkinson y de Alzheimer, fibromialgia, depresión,
ansiedad.
Incluso, los componentes del aspartamo pueden causar
linfoma, diabetes, esclerosis múltiple, mareos, confusión, dolores de cabeza,
náuseas y migrañas. Aunque todavía se necesita más investigación para comprobar sus efectos y apartarlo del mercado. Y esto no es todo. Desde hace poco tiempo se viene
utilizando un endulzante artificial nuevo conocido como acesulfamo-k, que ha
sido relacionado a tumores renales. Está presente en la goma de mascar, la
gelatina y muchos productos horneados.
¿Qué alimentos suelen contener aspartamo? Refrescos de
dieta, gaseosas light, gelatinas, jaleas, postres, chicles sin azúcar, mezclas
para bebidas, panificados, endulzantes de mesa, cereales, pastillas de menta,
budines, té helado, vitaminas masticables y hasta los dentífricos.
JARABE DE MAÍZ DE ALTA FRUCTOSA:
Se trata de un endulzante
artificial altamente refinado que se ha vuelto la fuente principal de calorías
en la dieta de la población. Suele aparecer en la mayor parte de las comidas
procesadas. Y no solo engorda, sino que también aumenta el colesterol malo,
daña los tejidos y contribuye al desarrollo de diabetes.
Algunos alimentos que contienen jarabe de maíz de alta
fructosa son panes, dulces, refrescos, yogures saborizados, aderezos de ensaladas, cereales. En general, casi todos los productos
industrializados lo incluyen.
GLUTAMATO MONOSÓDICO:
Es un aminoácido utilizado para
resaltar el sabor de sopas, aderezos de ensaladas, papas fritas, snacks
congelados y de muchos platos servidos en restaurantes. Se trata de una toxina
que sobreexcita las células hasta el punto de dañarlas o matarlas. Diversos estudios
muestran que el consumo regular de glutamato monosódico puede provocar
depresión, desorientación, daños en la vista, fatiga, dolores de cabeza y
obesidad.
Además, este elemento interviene en los procesos cerebrales
desactivando la sensación de saciedad; por eso es que hace ganar kilos. Está presente
en los restaurantes de comida china, gran cantidad de snacks, galletitas,
aderezos, productos enlatados, carnes procesadas y cenas congeladas.
GRASAS TRANS:
Suelen ser utilizadas para extender el
periodo de vida útil de los productos alimentarios y para proporcionar textura y sabor, y son las sustancias más
dañinas que puedes consumir.
Halladas en la comida frita –generalmente, la
chatarra- y ciertos alimentos procesados hechos con margarina o aceites vegetales
parcialmente hidrogenados, las grasas trans se forman mediante un proceso
llamado hidrogenación. Suelen aparecer en galletitas, snacks, panificados,
margarina y en la comida rápida.
Una gran cantidad de estudios muestran que las grasas trans
aumentan los niveles de colesterol malo y reducen el bueno; además, incrementan
los riesgos de sufrir ataques cardíacos y deficiencias del corazón. También agravan
las inflamaciones, la diabetes y otros problemas de salud.
COLORANTES ARTIFICIALES:
Diversos reportes sugieren que los
colorantes artificiales que se encuentran en las gaseosas, los jugos de fruta
industrializados y los aderezos de ensaladas podrían causar problemas de
conducta en los niños y reducirían el coeficiente intelectual. Incluso, ensayos
hechos con animales han ligado los colorantes al desarrollo de cáncer.
Debes tratar de vigilar especialmente el azul E133 (presente
en golosinas, cereales, refrescos, bebidas deportivas y alimentos para
mascotas) pues podría causar daños en los cromosomas; el rojo E124 (encontrado
en cócteles de fruta, cerezas al marrasquino, helado, dulces, panificados) ya
que ha sido probado que causa cáncer en la tiroides y daños cromosómicos. Incluso
podría interferir en las transmisiones del cerebro hacia los nervios.
El amarillo E102 (típico del queso, los macarrones, bebidas
carbonatadas como la limonada, los dulces) incrementa el número de tumores en
las glándulas adrenales y los riñones, además de que altera los cromosomas.
SULFITO DE SODIO:
Es un conservador utilizado en el vino y
en las frutas disecadas. Según la Federación de Alimentos y Medicamento, una de
cada 100 personas es sensible a este aditivo alimentario. La mayor parte de
estos individuos son asmáticos, lo que sugiere una conexión entre el asma y el
sulfito. Dolores de cabeza, problemas para respirar, erupciones e incluso la
muerte por asfixia son los riesgos a que se pueden enfrentar los alérgicos al
sulfito de sodio.
NITRATOS DE SODIO:
Actúa como conservante, colorante y
saborizante en la panceta, el jamón, las salchichas, los embutidos, la carne en
conserva, el pescado ahumado y otros cárnicos procesados.
Este ingrediente es
altamente carcinogénico una vez que entra al sistema digestivo humano porque
forma componentes de nitrosamina, los cuales ingresan al flujo sanguíneo y
provocan estragos en varios órganos. Sobre todo se ven afectados el páncreas y
el hígado.
El nitrato de sodio fue denunciado por muchas asociaciones
como un químico tóxico; sin embargo, los manufactureros continúan utilizándolo.
Parece ser que este químico deja las carnes de color rojo brillante, haciendo
que los productos viejos o ya arruinados parezcan frescos.
BHA/BHT: Son conservadores a menudo presentes en cereales, salchichas
congeladas, manteca de cerdo, materias grasas, arroz enriquecido, goma de
mascar, mermelada, golosinas, papas fritas y aceites vegetales. Se trata de
químicos que alejan la comida de los cambios de color y sabor, así como del
envejecimiento. Afectan el sistema neurológico alterando el comportamiento, y
potencialmente podrían provocar cáncer.
DIOXIDO DE AZUFRE:
Es un elemento tóxico que ya en EEUU fue
prohibido para las frutas y verduras frescas. Las reacciones adversas incluyen
problemas en los bronquios (sobre todo los ligados al asma), baja presión
arterial, temblores y shocks anafilácticos. Además destruye las vitaminas E y
B1. La Organización Mundial del Trabajo recomienda evitar el dióxido de azufre
si padeces de conjuntivitis, bronquitis, enfisema o anomalías cardíacas.
Este aditivo alimentario suele aparecer en la cerveza, los
refrescos, la fruta disecada, los jugos, el vino, los licores, el vinagre y los
productos hechos con patatas.
BROMATO DE POTASIO:
Es un agregado utilizado para aumentar el
volumen de los panificados, los rollos y el harina blanca. Ya se sabe que
provoca cáncer en animales y solo una pequeña cantidad presente en el pan puede
causar problemas en los seres humanos.