¿Cuántos no hemos luchado y peleado durante muchos años, con todos los recursos habidos y por haber, dietas, suplementos, bebidas adelgazantes, acupuntura, etc., para tratar de perder algunos kilitos, y a veces unos miserables gramos, y ni eso hemos podido lograr?

No somos pocos los que estamos convencidos, no solamente por razones estéticas, sino por salud, de que un sobrepeso, aunque sea de pocos kilos, no es bueno.

Y hemos tratado de conseguir por todos los medios, sobre todo cuando la obesidad es mucha, de rebajar al menos unos kilos.

Sin embargo, muy a menudo, tras constatar el fallo de la dieta de turno, nos ha sucedido lo contrario, por una reacción más bien antidepresiva, y simultáneamente, nuestra autoestima ha caído un escalón más.

Al final nos quedamos durante muchos años atrapados en un círculo vicioso de dietas y respuestas reactivas que sólo conseguían hundirnos cada vez más.

Lo que os describiremos desglosadas en estas simples pero eficaces, 4 reglas, con las que, finalmente, logramos nuestro ansiado objetivo de años: perder peso y sentirnos realmente bien.

Hemos de conseguir ser flexibles a la hora de elegir los alimentos que consumimos para poder disfrutar y experimentar con los mismos.

Actualizando de una forma paulatina la lista de los que son realmente útiles y beneficiosos. 

Si nos paramos a analizar detenidamente, podríamos darnos cuenta de que el 80% de los alimentos que consumimos no nos son realmente necesarios.

Pero no podemos acabar con todos ellos de una vez, hemos de ir dando pasos de bebé, quitando poquito a poco todos los “alimentos falsos” sobre la marcha.

Pues “un viaje de mil pasos comienza por dar el primero”, y así, lograremos grandes cambios a largo plazo.

Con cada paso que demos en este sentido, desarrollaremos una mayor conciencia de nuestros hábitos y necesidades reales.

Nos referimos a aquéllos alimentos que no han sufrido un procesado artificial, que no han sido manipulados por el hombre. 

Son alimentos naturales tal como la naturaleza los produce. 

Este tipo de alimento realmente nutre nuestro cuerpo y además, ayudan a la desintoxicación y auto curación de nuestro cuerpo.

Debemos de tratar de que constituyan el 80% de todo lo que comemos, con lo que conseguiremos perder peso de una forma natural, sin complicadas tablas calóricas ni demás. 

Una lista de los mismos podría ser:

Si no somos vegetarianos, la carne orgánica, los huevos, el pescado y el pollo.

También la fruta fresca, las verduras de hoja verde, los granos enteros como el arroz integral, la quínoa, el mijo y la polenta, las algas marinas y las verduras.

Las legumbres como los frijoles, las lentejas, y las semillas como las nueces. 

En cuanto a las especias y saborizantes, elegir los naturales: la sal marina, las hierbas y la miel.

También podemos incluir en esta lista los alimentos que hayan sido poco elaborados, es decir, alimentos naturales totalmente que en su procesado y empaquetado no sufren modificación alguna.

Y los reconoceremos en los envases por la lista de sus ingredientes, los cuales a menudo son simplemente el alimento en cuestión, como por ejemplo lentejas, con agua y sal, sin más.

Algunos ejemplos podrían ser: frijoles y garbanzos y lentejas en lata, el chocolate orgánico, el té orgánico y el café, las almendras, la leche de arroz, y los aceites de oliva virgen extra y de coco virgen extra.

Iremos reconociéndolos con el tiempo.

Y sobre todo, alejémonos todo lo posible de todos los demás alimentos, es decir, de los que hayan sido procesados (“alimentos falsos”).

Como los dulces comerciales, los edulcorantes artificiales, los fritos, la comida rápida y aquéllos con alto contenido en grasas trans, y el pan blanco refinado, por ejemplo. 

Una de las peores cosas que podemos hacer si es que queremos perder peso y equilibrar nuestro cuerpo, es comer “a tontas y a locas”, de forma distraída, con prisas, estresados, como quien se limita a engullir el rancho del día.

Si nos detenemos un tantito a estar pendientes del proceso del comer, podremos ir observando cómo nuestro cuerpo va sanando de una forma gradual pero continua.

Así pues hemos de comer conscientemente.

Lo que lograremos simplemente comiendo sentados a la mesa, con todos los cubiertos e implementos necesarios, masticar lentamente agradeciendo mentalmente los nutrientes que estamos recibiendo.

Y si nos es posible, aunque nos parezca banal, deteniéndonos a observar texturas, colores y sabores de los alimentos que estamos consumiendo.

Una vez que hemos logrado diferenciar y distinguir convenientemente los tipos de alimentos (reales, poco procesados y falsos), evidentemente volcaremos nuestra atención en mejorar las opciones dentro de los naturales.

Ya que no todas las formas de presentación y elaboración de los naturales son las mismas y los resultados difieren: es decir, no es igualmente beneficiosa una hamburguesa si se cocina de una forma o de otra y según la preparación de los mismos ingredientes.

Por eso, además,  no hemos de erradicar determinados elementos de nuestra dieta, a veces, sino simplemente cambiar la forma en que son preparados.

A priori puede resultar un tanto complicado y sacrificado, pero eso es lo que sucede al principio de cualquier nueva empresa. 

A medida que le vayamos tomando el truquillo, veremos cómo nos vamos sintiendo mucho mejor y casi sin darnos cuenta lograremos lo que tantos esfuerzos derrochados no han conseguido: perder peso naturalmente.