Una de las consecuencias directas que
tiene el beber en demasía o tan siquiera algo por encima de ciertos
límites muy concretos, es que afecta a la capacidad de quemar grasa
de nuestro cuerpo, con lo que aumentaremos de peso.
Al mismo tiempo,
nuestra salud se verá afectada. No son una buena asociación el
alcohol y la dieta tanto para controlar nuestro peso, como para
llevar una vida saludable, como veremos.
Así que si usted está preocupado por
mantener tanto su peso como su salud dentro de los valores
aceptables, y se pregunta cuál es la influencia del alcohol para
ambos, como explicaremos en este artículo, podrá entender que en
ambos casos, el alcohol afecta negativamente.
¿Por qué no pueden llevarse
amigablemente alcohol y dieta?
Una de las razones por las cuales
alcohol y dieta no hacen muchas migas es que el primero reduce
drásticamente la voluntad, en todos los niveles, por lo que tampoco
pondremos los límites necesarios para continuar con nuestra dieta.
Así que cuando bebe, tiene mucha menos capacidad para resistir la
tentación de la comida. Además, la bebida suele estar asociada a la
comida chatarra y a los dulces.
Tampoco hacen migas el alcohol y la
dieta debido al hecho concreto de que el alcohol está en el segundo
lugar en cuanto al aporte calórico: después de la grasa, que aporta
9 calorías por gramo, el alcohol aporta 7.
Así que si quiere
mantener su peso, piense en ello cuando se tome un vaso de alcohol o
más de uno.
Y no solamente el alcohol y la dieta
no hacen una buena combinación: tampoco tiene muy buena relación
con la salud. En cantidades apreciables, el alcohol afecta seriamente
a su salud. Además, el hombre y la mujer difieren en cuanto a la
cantidad de alcohol que pueden soportar sin que su salud se afecte:
un vaso para ella, dos para él, no más.
Y también ha de tener en
cuenta que no todo el alcohol que le venden como saludable es bueno.
Trate de beber cantidades limitadas de ese vino tinto que le han
dicho que es bueno para su salud, porque no lo será tanto en grandes
cantidades, y por supuesto, nada bueno para su dieta.
Muy importante también es que el
alcohol no es compatible con las dietas por la sencilla razón de que
reduce enormemente la capacidad de nuestro cuerpo de quemar las
grasas. Según la actividad que tengamos, nuestro cuerpo habrá de
usar las grasas como combustible. Pero si no controlamos lo que
comemos, meteremos más grasas en nuestro cuerpo de la que
necesitamos.
Si a ello le sumamos una ingesta regular o alta de
alcohol, debido a la cantidad de calorías que éste tiene, nuestro
cuerpo nunca tirará de las grasas para su funcionamiento, con lo que
se quedarán almacenadas, y tal vez, aumentarán sus depósitos según
la cuantía de alcohol que tomemos.
Y finalmente, otra de las razones
por las que el alcohol no es muy buen compañero de las dietas es que
el alcohol de más que usted ingiere será asimilado en su cuerpo
como grasa que éste no logrará usar, ya que si no hemos podido aún
eliminar las grasas que teníamos, menos podremos con las extras que
le vamos añadiendo: lo que quitamos por un lado lo ponemos por el
otro, y así nunca perderemos esos kilos de más.
Así que le damos estos consejos en lo
que se refiere a la mezcla de alcohol con dieta: las razones
anteriores son sólo algunas por las que debe cesar en su consumo
excesivo de alcohol, pero son las más importantes, así que por
favor, limite su consumo de alcohol a aquéllas ocasiones especiales
en que socialmente tal vez se vea mal que no lo haga, pero siempre en
cantidades limitadas, y elija las bebidas alcohólicas que no
destruyan su dieta por su alto contenido calórico.
Hay tablas de
recetas y alcoholes que podemos ingerir en cantidades moderadas.
Consúltelas y sea prudente si quiere conservar su peso y su salud.