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MIRA POR QUÉ LAS DIETAS BAJAS EN GRASAS SON PELIGROSAS PARA LA SALUD
Desde hace años las personas que notan un incremento en su peso, las que presentan niveles de colesterol alto o aquellas que simplemente desean comer lo adecuado para mantener un corazón sano, han optado por la opción de la dieta baja en grasa. Pero, ¿realmente son estos alimentos bajos en grasa tan buenos como creemos o como nos lo hace creer la publicidad?
La
moda de alimentos con bajo contenido en grasa se impuso en la década
de los 90´ y aún persiste, sobre todo en los países occidentales,
provocando que muchas personas sigan creyendo que cuando se trata de
grasa es mejor evitarla. Estar conscientes del consumo de grasa en la
dieta sin duda es bueno, especialmente cuando se está tratando de
reducir el riesgo de enfermedades cardíacas o de perder peso. Sin
embargo, si usted toma las cosas demasiado lejos, podría estar
poniendo en peligro su salud.
Descubra
en el siguiente artículo lo que se esconde detrás de las populares
dietas bajas en grasa, le ofrecemos una advertencia sobre cómo este
tipo de dietas puede dañar su salud y algunos consejos para
evitarlo.
Los
niveles elevados de triglicéridos en la sangre pueden incrementar el
riesgo de enfermedades del corazón, sobre todo si se combina con un
nivel bajo de HDL ("colesterol bueno"). La dieta es
fundamental para determinar el nivel de triglicéridos en la sangre.
Los
triglicéridos en la sangre se elevan cuando el hígado convierte el
exceso de carbohidratos (especialmente fructosa) en grasa. Como la
dieta baja en grasa es también alta en carbohidratos, esta puede
provocar un aumento de triglicéridos en la sangre, lo que podría
elevar significativamente el riesgo de enfermedad cardiovascular.
Para
mantener bajo el nivel de los triglicéridos, puede evitar ciertos
tipos de grasas y sustituirlas por las clases más saludables. Se
debe minimizar la ingesta de grasas saturadas y grasas trans, que
suelen ser sólidas a temperatura ambiente. Aceites vegetales
solidificados a menudo se utilizan en la elaboración de papas
fritas, donas, pasteles y galletas. Productos lácteos enteros
también tienden a elevar los niveles de triglicéridos, al igual que
las carnes grasas como hamburguesas, pollo con piel, bacon y
salchichas.
Le
recomendamos eliminar o sustituir estos alimentos por pescado y
aceites poliinsaturados, como el aceite de canola y de oliva, que
contienen ácidos grasos omega-3. Estos ácidos grasos pueden ayudar
a disminuir los triglicéridos.
La
lipoproteína de alta densidad (HDL, por la sigla en inglés de High
Density Lipoprotein) es mejor conocida como "colesterol bueno",
el cual está relacionado con un menor riesgo de enfermedades del
corazón, es por ello que debe mantenerse alto su nivel en la sangre.
Para
no reducir sus niveles de HDL, usted necesita comer un poco de grasa.
Por lo tanto, una dieta baja en grasa puede interferir totalmente con
su propósito. Además un alto consumo de carbohidratos también
puede interferir en los niveles óptimos de colesterol bueno.
La
principal recomendación para elevar los niveles de HDL en la sangre
es mantener una dieta baja en carbohidratos.
La dieta baja en grasas daña el patrón de LDL o “colesterol malo”
Por otra parte, las lipoproteínas de baja densidad (LDL, por la sigla en inglés de Low Density Lipoprotein), conocidas como "colesterol malo", están relacionadas con un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular.
Si bien es cierto que las dietas bajas en grasa pueden reducir el LDL, las investigaciones demuestran que cambian el patrón de LDL de partículas grandes a pequeñas y densas, son estas últimas las que contribuyen a la enfermedad cardíaca, no las grandes.
Si
damos un paseo por cualquier pasillo del supermercado encontramos
desde postres sin grasa, galletas integrales hasta comidas preparadas
con las calorías calculadas. Sin embargo, mientras la cesta de la
compra está repleta de este tipo alimentos “libres de culpa”,
nuestra cintura se mantiene cada vez más amplia.
Lo
cierto es que durante las últimas décadas el mercado se ha inundado
de alimentos con alto contenido de azúcar y disfrazados con las
etiquetas “LIGHT” o “SIN GRASA”. Las dietas baja en grasas
-que suelen ser las más populares- promueven el consumo de este tipo
de alimentos.
Cuando
aparecieron las primeras pautas para dietas con bajo contenido graso,
las fábricas de alimentos se sumaron a la tendencia. El principal
propósito de las empresas era vender la idea del "corazón
saludable" consumiendo los alimentos con bajo contenido de
grasa. Pero los fabricantes se encontraron con un gran problema: los
alimentos a los que se les extrajo la grasa perdían por completo su
sabor original.
La
solución más fácil para resolver esto fue reemplazar la grasa por
azúcar. Por lo tanto, un producto puede ser etiquetado como "bajo
en grasa" a pesar de que se haya cargado con azúcar. Ahora que
sabe que causan daño, elimínelos de su lista a la hora de ir al
supermercado.
No
tiene sentido culpar a los alimentos grasos de origen animal de la
epidemia de la obesidad, la diabetes o enfermedades cardiovasculares,
ya que las enfermedades son relativamente nuevas, mientras que los
alimentos han sido consumidos desde tiempos ancestrales.
Por
ejemplo, muchas carnes y productos de origen animal son una buena
fuente de ácidos grasos omega-3, la grasa que realmente contribuye a
la salud del corazón y aumenta su capacidad para quemar grasa. Lo
mismo ocurre con las grasas que se encuentran en las nueces,
aguacates y algunos aceites como el de coco, oliva y canola. La carne
proveniente de ganado alimentado con pasto es la mejor por su alto
contenido en ácidos grasos omega-3.
La dieta baja en grasas prohíbe el consumo de estos alimentos porque contienen grasas saturadas y colesterol. Lo que no advierten es que no todas las grasas son malas, tampoco el colesterol. Otro ejemplo: los huevos son uno de los alimentos más saludables del planeta, están llenos de vitaminas y minerales, además de poderosos antioxidantes.
Uno de los factores más importantes para mantener niveles saludables de testosterona en los hombres es consumir una cantidad saludable de grasa. No tiene que ser el tipo de grasas no saludables como las grasas trans, pero los hombres sí necesitan un consumo de grasa suficiente para mantenerse saludables y con energía.
La testosterona es una hormona muy importante, tanto en hombres como en mujeres. Las dietas bajas en grasa pueden reducir significativamente los niveles de testosterona.
Los
ácidos grasos Omega-3 y las grasas saturadas son esenciales para la
producción normal de testosterona. Todas las hormonas esteroides se
producen a partir de colesterol y cuando las grasas son deficientes
en la dieta, se disminuye este proceso. Las dietas con alto contenido
de proteínas, bajas en carbohidratos y moderadas en grasas logran
niveles óptimos de testosterona.
Con
lo expuesto en este artículo no queremos incitar a un consumo de
alimentos grasosos en su dieta. Lo adecuado es conocer los distintos
tipos de grasas y saberlos distinguir a la hora de elegir un alimento
y no otro.
Asegúrese de consumir grasas buenas, siguiendo estos consejos:
POR Dietas.net
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05/30/2007 | Dietas.net
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