Hay dos combinaciones que se suelen dar paralelamente: incapacidad o imposibilidad de hacer ejercicio y/o sedentarismo, y obesidad abdominal: la típica “tripita” que con el paso de los años, se va asentando en nuestra anatomía, y que cada vez es más difícil reducir de tamaño.

Además, solemos tener la tendencia a olvidar que este tipo de grasa, la abdominal, es la más perjudicial para el conjunto de nuestra salud.

Sobre todo porque incide especialmente en la aparición de enfermedades del tipo de la diabetes y enfermedades cardíacas.

Pero no todo está perdido: hay algunos consejos que podemos seguir sin demasiado esfuerzo, que nos ayudarán a rebajar esa grasa acumulada, incluso sin hacer ejercicio.

Si es que queremos perder esa grasa acumulada, hemos de saber que al alcohol no es un buen consejero para ello: 

La bebida sólo un poco por encima de niveles muy concretos (dos o tres tragos por semana como máximo), evita que nuestro cuerpo queme la grasa, reduciendo su capacidad de hacerlo hasta en un 36%, 

Con lo que la grasa contenida en los alimentos no se quema, sino que se almacena. 

Además, produce una inhibición de las hormonas que ayudan a nuestro cuerpo a quemar la grasa y a construir músculo.

También entorpece enormemente la pérdida de grasa el tabaco: cada cigarrillo que nos fumamos fomenta el acúmulo de grasa en el abdomen, primándolo sobre el acúmulo en los muslos o las caderas, según indican algunas publicaciones de salud de Harvard.

Así que cuanto más limitemos (o suprimamos, mucho mejor) el consumo de cigarrillo, menos grasa abdominal iremos acumulando.

Aunque suene un tanto rústico, pongamos en nuestro plato una buena cantidad de verduras, o granos enteros, o frutas. 

Cuando incrementamos la proporción de estos alimentos en nuestra dieta, es más fácil que vayamos perdiendo la grasa del vientre, porque contienen gran cantidad de fibra dietética que harán que nuestro estómago se llene antes de haber ingresado más calorías de las que podemos quemar.

Además, en dichos alimentos están presentes otros componentes que también ayudan a quemar grasa:

Como por ejemplo, las antocianinas de las bayas, que ayudan a quemar grasa abdominal, o el cromo y el magnesio presente en los granos enteros que ayudan a las hormonas que aumentan el consumo metabólico de las grasas.

Otro ejemplo de nutriente presente en estos alimentos, son las grasas monoinsaturadas que están en las nueces, que colaboran en la regulación de la glucemia, aliviando de esa manera la presión  sobre el acúmulo graso en la cintura.

Según estudios de la Universidad de Yale, si somos más vulnerables que la media en cuanto al estrés, nuestra propensión a acumular grasa abdominal también es mayor.

Y esto es debido a que cuando nos estresamos, nuestro cuerpo libera cortisol, una hormona que se produce antes situaciones que nuestro organismo determina como “peligrosas”, pero esto, secundariamente, determina una mayor acumulación de grasa en los órganos abdominales.

Así que busque tareas que promuevan la reducción o eliminación de ese estrés: 

Realice actividades que le relajen: pinte, escuche música, medite o simplemente tome un buen baño de agua caliente con burbujas cada noche, de esa manera podrá ir desterrando parte de su grasa abdominal.

Según estudios realizados como el de la Universidad Estatal de Georgia, cuando realizamos comidas pequeñas a lo largo del día, podemos perder grasa y crear músculo.

Ya que según se demuestra, comer alimentos con alto contenido nutricional, cada dos o tres horas a lo largo del día hará que quememos más de lo que estamos ingresando. 

Y esto lo podemos lograr comiendo, por ejemplo pequeños bocadillos de mantequilla de maní libre de grasas trans, con apio, o de hummus con rodajas de pimiento crujiente, o bien algunas galletas de grano entero, con una manzana. 

Estos son sólo algunos ejemplos: hay infinitas opciones saludables.

Si bien con estos simples consejos es factible ir perdiendo grasa abdominal, o no acumular más, lo cierto es que si logramos introducir en nuestra rutina cotidiana algún tipo de ejercicio, que no tiene porqué ser extenuante, la eficacia de dichas medidas se acrecentará muchísimo. 

Si al menos hiciéramos 30 minutos diarios de ejercicio, que no tienen porqué ser seguidos, sino que puede realizarlos a los largo del día, en pequeños descansos de sus otras actividades, maximizaría los resultados y perdería su grasa abdominal a un ritmo mucho mayor, y además, reforzaría ostensiblemente su salud general y su fuerza física y mental.