Se habla a menudo de cuáles son las consecuencias negativas del consumo desmedido de comida rápida.

Hoy casi todo el mundo conoce de qué manera afecta a nuestro cuerpo la ingesta excesiva de grasas saturadas, elevados niveles de sodio y calorías, que suele ser la mezcla presente en la mayoría de las porciones excesivamente grandes que ofrecen casi todos los restaurantes de comida rápida.

Si bien no todos los restaurantes de comida rápida son poco saludables, la mayoría rebasan los límites de lo saludable simplemente por el hecho del tamaño de las porciones. 

Si dichas porciones contienen gran cantidad de los elementos mencionados, el daño es mucho mayor.

Pero ¿qué sucede si eliminamos de nuestra dieta esos alimentos perjudiciales? ¿Cuáles son los beneficios que sentiremos en nuestro cuerpo si dejamos de lado las pizzas, las hamburguesas, las papas fritas y demás comida basura? 

Vamos a hacer una relación.

Una de las consecuencias inmediatas de la comida chatarra es que eleva el  pico glucémico, es decir, el impacto que ese alimento tendrá en nuestro cuerpo a causa de la elevación de azúcar en sangre que produce. 

Por ejemplo, las papas blancas, o los bollos hechos con harina blanca refinada o procesada, son de un alto índice glucémico, por lo que su consumo está bastante desaconsejado. 

Este tipo de alimentos introducen la glucosa más rápidamente en nuestro organismo, pero seguidamente, se produce una rápida caída de dichos niveles, con lo cual, continuamente nuestro cuerpo nos pide más. Además, el exceso se va convirtiendo rápidamente en grasa. 

Si cambiamos este tipo de alimentos, por otros de índice glucémico inferior, como los cereales integrales, o las verduras (la mayoría), el nivel de glucosa desciende más lentamente, se mantiene elevado durante mucho más tiempo y desciende también lentamente.

Con lo que nos sentiremos saciados mucho más tiempo y no necesitaremos estar bombardeando continuamente nuestro cuerpo con nuevos alimentos, y conseguiremos así, eliminar lo que nos sobra.

El impacto más llamativo que tiene sobre nuestro organismo el dejar las comidas chatarras es evidentemente, la pérdida de peso.

Esto es debido, lógicamente, a que este tipo de comidas son altas en calorías y por supuesto, el tamaño de las raciones son enormes, demasiado grandes para una dieta equilibrada.

Así que cuando cambia su consumo habitual de comidas chatarras por otras saludables, sobre todo si son elaboradas en su hogar, esto proporciona el descenso de calorías necesario para que nuestro cuerpo se libere del exceso de grasa. 

Si a ello le añade ejercicio, los resultados serán mucho mejores.

Los niveles altos de grasas saturadas elevan los niveles de colesterol LDL. Esto da lugar a la formación de placas de ateroma en las arterias. 

Como consecuencia, el diámetro de los vasos se reduce mucho, y la cantidad de sangre que puede pasar por ellos, también, pudiendo obstruirse completamente.

Esto es algo que puede ocasionar el continuo consumo de comidas rápidas que contiene altos niveles de grasas saturadas, como las hamburguesas, o los alimentos empanados y fritos.

Cuanto más reducidos en su diámetro, mayor presión en el interior de los vasos ocasionando hipertensión arterial y sus consecuencias. 

Así que cuando evitamos este tipo de comidas, eso es lo que ganamos: vasos limpios, presión arterial en sus niveles, y evitación de riesgos cardíacos.

El límite máximo del consumo de sal diaria, según la Asociación Americana del Corazón, se halla en los 1500 mgs.

SIn embargo, el consumo habitual de comida chatarra excede con mucho estos límites, por lo que eliminar este tipo de comidas tiene una ventaja evidente, al existir entonces la posibilidad de adecuar nuestro consumo de sal a los límites normales y saludables establecidos. 

Y es que el consumo excesivo de sal promueve un efecto osmótico en la sangre, y mediante éste, se produce un incremento del volumen sanguíneo. 

Esto a su vez produce un aumento de la presión arterial y si este estado se mantiene, a largo plazo produce daños severos cardiovasculares.

Por eso, cuando normalizamos nuestro consumo de sal, hacemos que nuestro cuerpo se recupere y evitamos los severos riesgo de enfermedades cardiacas y vasculares. 

Como vemos, nada justifica el consumo prolongado de comida chatarra, todo lo contrario. 

Y si logramos evitarla, podremos sentir cómo la salud y el vigor vuelven a nuestro cuerpo, y nuestra energía regresará, con todas sus ventajas.