Existe mucha información científica en general y médica en particular, que avala las afirmaciones sobre el efecto perjudicial de la grasa que se acumula en el abdomen. 

Y son muy específicos en cuanto a dicha localización, pues si bien la grasa en las personas con sobrepeso no sólo se acumula en dicha zona abdominal, es sin embargo, éste acumulo concreto el responsable de muchos problemas serios de salud, como enfermedades cardiacas, síndrome metabólico (situación pre-diabética), diabetes e incluso algunos tipos de cáncer.

Este acúmulo graso está obviamente relacionado con un exceso de ingesta, y sobre todo, cuando esto se asocia a una vida sedentaria, lo que da lugar a un enlentecimiento paulatino del metabolismo que inevitablemente lleva a un almacenamiento progresivo y constante de grasa. 

No son pocos los servicios de salud que dan recomendaciones y advertencias sobre medidas de cintura que pueden convertirse en anunciadoras de serios peligros.

Pero casi todos son unánimes a la hora de dar unos valores concretos: más allá de los 88,9 cms en las mujeres, y los 101,6 cms para los hombres, el riesgo de padecer enfermedades relacionadas con la obesidad es elevado.

Por eso, hemos de evitar llegar a esos límites, y sin duda, en general es la pérdida de peso la que puede combatir la obesidad abdominal. 

Aunque hay investigaciones que sugieren que el uso de determinadas soluciones más o menos naturales pueden colaborar eficazmente en la reducción de la grasa abdominal.

Vamos a mencionar algunas de las incluidas en dichos estudios:

Aunque un estudio del 2007 publicado en la Revista Americana del Colegio de Nutrición no encontró una diferencia significativa entre los efectos proporcionados por el consumo de un extracto de té verde de 12 semanas de duración, frente al consumo control de placebo, sí es cierto, y se ha demostrado, que el té verde produce un aumento significativo de la velocidad metabólica: incrementa la tasa metabólica, razón por la cual se ha promocionado a menudo como un elemento natural contra la obesidad.

De cualquier manera, lo cierto es que si usted está pensando en perder grasa del abdomen, es imprescindible combinar un buen programa de ejercicios con una dieta saludable. 

Asimismo, existen evidencias de que la reducción del estrés puede lograr que la lucha contra la grasa abdominal sea más eficaz.

Ha sido demostrado y publicado en la Revista Europea de Nutrición Clínica, el experimento que demostró cómo el uso de probióticos producía una eficaz ayuda en la reducción de la grasa abdominal.

Para ello, se constituyeron dos grupos, uno control y otro al que se le suministró un cuarto de litro diario de leche fermentada enriquecida con la cepa probiótica Lactobacillus gasseri. El grupo control simplemente bebió leche normal. Tras 12 semanas de experimento gracias a estos 87 voluntarios, se pudo constatar que el grupo que bebió la leche enriquecida, experimentó una mayor pérdida  de grasa abdominal y de peso en general que el grupo control que no bebió dicha leche enriquecida.

Según algunos estudios, tomar soja no transgénica, puede ayudar a reducir la grasa abdominal.

Un pequeño estudio realizado en mujeres posmenopáusica obesas por la Sociedad Americana de Obstetricia y Ginecología en el año 2010, pudo comprobar, tras tres meses de suministro de suplemento de soja a 39 de tales mujeres, frente a otro grupo control que sólo recibió placebo, cómo los suplementos de soja ayudaron a reducir la grasa del vientre y la producción de un marcador de la inflamación como la interleuquina-6. 

Sin embargo, la soja no logró mejorar el metabolismo del azúcar en la sangre ni aumentar los niveles de leptina, una hormona que está directamente relacionada con el metabolismo de la grasa.