Pocos alimentos de los que podemos encontrar fácilmente en el súper o en el mercado, tienen tantos beneficios como la espinaca. Es un alimento versátil que puede ser disfrutado ya sea crudo o cocido y que ha pasado a formar parte importante de la cocina latinoamericana. 

Se cataloga a las espinacas como uno de los vegetales que más fácilmente se encuentra congelado. Esto se debe a que los nutrientes contenidos en las espinacas no son fácilmente degradados con las temperaturas de congelamiento.

El nutriente más reconocido de las espinacas es la vitamina A o retinol. La vitamina A tiene la particularidad de ser soluble en grasas o aceites y a no ser eliminada mediante la orina como otras vitaminas. Este tipo de vitaminas se denomina liposolubles, y no se lavan tan fácilmente con el contacto con el agua, como por ejemplo si son hervidas o cocinadas al vapor. Su función dentro del cuerpo es la de generar pigmentos para el correcto funcionamiento de la retina del ojo (de ahí su nombre). Otras de sus funciones es la formación y mantenimiento de las células de la piel y los huesos.

La vitamina E también la podemos encontrar de manera importante en las espinacas. Es un antioxidante natural el cual actúa sobre el enranciamiento de las grasas en el cuerpo, aprovechándolas así de mejor manera. El consumo de vitamina E se ha asociado con un control de los niveles de colesterol, mejoramiento en el sistema circulatorio y la prevención del Parkinson y enfermedades relacionadas con la vejez.

En las espinacas también podemos encontrar yodo, el cual es importante para la producción de hormonas tiroideas dentro del cuerpo. Una deficiencia de este elemento puede desencadenar en hipotiroidismo si sucede durante el desarrollo o la pubertad y si ocurre durante la infancia, existe propensión a desarrollar cretinismo, una variedad de retraso mental y físico. La cantidad recomendada de yodo es de 150 mg al día, a los cuales podemos llegar fácilmente con el consumo de una dieta balanceada.

Las espinacas contienen muchos nutrientes importantes para el desarrollo del cuerpo. Como ya hemos visto, estos nutrientes no son tan fácilmente descompuestos en el caso de ser hervidas, pero aun así  se recomienda el consumo de la espinaca cruda.

Este es el caso de casi todos los vegetales y semillas en existencia, las mayores propiedades nutricionales las podemos aprovechar mientras están crudas. Pero no siempre las podemos consumir crudas. Por eso aquí en dietas.net presentamos alternativas para que estas nutritivas plantas no se queden fuera de tu dieta.

• Al microondas: esta es una alternativa cuando no se cuenta con el tiempo suficiente. Se usa un recipiente para poner las espinacas y se moja ligeramente. El recipiente se cierra o envuelve en plástico y se cocina hasta que las hojas estén suaves. Alrededor de 4-5 minutos.
  
  
• Al vapor: es una buena opción para mantener intactos los nutrientes de las espinacas, en comparación a las hervidas. Se debe hacer en un baño maría, evitando que las hojas toquen el agua. Al cabo de 3-5 minutos, la cocción esta lista.
  
  
• Salteadas: la cocción debe ser rápida, se adiciona una pequeña cantidad de aceite de oliva al sartén y se calienta antes de poner las espinacas. Se debe mover constantemente las espinacas y en cuestión de 2-3 minutos, las espinacas deben estar listas y crujientes.