No es malo consumir alcohol con moderación; incluso se han realizado varias investigaciones que muestran que su ingesta moderada puede aportar beneficios para la salud. 

Sin embargo, más allá de los aportes que este elemento haga a nuestro organismo es necesario admitir un hecho innegable: el alcohol contribuye a sumar kilos. Si quieres adelgazar, debes restringir las bebidas alcohólicas en tu dieta. 

Según el Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos, ganar o perder peso depende de esta relación: el número de calorías que consumes y el número que gastas. Si quemas más de lo que incorporas (por medio de la actividad física, por ejemplo) lograrás adelgazar. Asimismo, si consumes una proporción de calorías igual a la que gastas, mantendrás tu peso corporal estable. En cambio, incorporando más calorías de las que quemas, ganarás kilos.

El alcohol contiene calorías vacías, es decir que no aporta ningún valor nutricional; bebiéndolo no obtendrás nutrientes esenciales para tu organismo pero sí muchas calorías que contribuirán a que subas de peso. Se calcula que 100 mililitros de cerveza aportan más de 40 calorías; 175 mililitros de vino, 120.

Por otra parte, el alcohol actúa como un hidrato de carbono simple que es fácilmente procesado y almacenado como tejido graso dentro del cuerpo. El organismo guarda las calorías del alcohol como acetato, una sustancia que es consumida antes que la grasa, lo que volverá mucho más arduos tus esfuerzos para sacarte el tejido adiposo de encima.

Además este elemento provoca efectos secundarios: cuando una persona bebe tiende a perder la capacidad de autocontrolarse, lo que hace que no pueda vigilar las porciones de comida que ingiere. Incluso el alcohol aumenta el apetito, por lo que puedes acabar comiendo mucho más de lo que planeaste al principio.

Tomar alcohol no es necesariamente malo; puedes incluir una cantidad moderada en tu dieta sin subir de peso. Solo debes procurar no excederte y beber hasta 3 copas por semana como máximo. 

De todas maneras, recuerda que beber menos alcohol es una forma de limitar la proporción de calorías que ingieres todos los días, y por ende, puede hacer la diferencia a la hora de adelgazar.