A menudo, las necesidades de salud y nuestra autoestima nos impelen a comenzar arduas dietas, cuyos sacrificios no solamente pueden dejar atrás nuestros kilos, a veces también nuestro ánimo y nuestra alegría.

Por eso no es de extrañar que, en un afán por recuperar nuestro anterior estado anímico, abandonemos esos sacrificios cuyas promesas, al cabo de poco tiempo, nos parecen un tanto vanas y no tan rentables como nos decían.

Sin embargo, estudios recientes, como los realizados por los investigadores del Penn State, encontraron que otorgarse pequeñas recompensas tras logros que vayamos alcanzando, hacen que podamos convertirlas en motivación suficiente para continuar con la dieta y conseguir finalmente las metas que al principio se buscaban.

Basándonos en estos estudios, vamos a proponeros algunas formas de manteneros motivados/as para continuar con esa dolorosa pero necesaria dieta.

Algo que a todos nos gustaría es caber de nuevo en aquélla chaqueta de piel o en aquel vestido que nos poníamos unos años atrás. 

Eso ya de por sí, sería recompensa suficiente, pero también podríamos permitirnos algo un poquito más atrevido: 

¿Qué tal si nos compramos algo que hemos estado viendo en el escaparate como el hambriento ve un dulce en una pastelería?. 

No hace falta que nos gastemos mucho, pero ese pequeño capricho que antes ni soñábamos poder vestir, ahora puede hacerse realidad. 

Equiparnos con alguna prenda deportiva nueva cada vez que perdamos algunos cientos de gramos es otra pequeña recompensa que nos podemos permitir.

Luciendo bien cuando hacemos ejercicio, nos motivará a continuar con el hábito, y a medida que vayamos adelgazando, esas prendas se irán ajustando cada vez mejor.

Si es usted un poco coqueta, tal vez le sirva mucho para mantener su motivación si consigue algún elemento con que decorar su cuerpo, haciéndolo más vistoso, a medida que va alcanzando esos pequeños logros que muestran su pérdida de peso.

Si no es el caso, y prefiere que esas pequeñas victorias se muestran en su casa, ponga un imán en su nevera que le recuerde esa meta que ha logrado.

Puede ponerse el objetivo de llevar a cabo esos cambios de imagen que siempre ha deseado, pero que dado su peso no ha osado llevar a cabo.

Y cada vez que logre una meta de pérdida de peso, regálese una sesión en un salón de belleza, o cómprese ese lápiz labial que siempre ha querido u otros productos de belleza. 

Una recompensa que le mantendrá muy motivada. ¡Pruébela!

Una magnífica motivación la puede encontrar en un relajante masaje, que además., es magnífico para la circulación.

Puede establecer un objetivo concreto para regalárselo: “cuando logre perder 5 kilos, me voy a ir al Spá y me daré una sesión integral de tres horas”. 

Es un objetivo que, una vez que se logra probar el elemento motivador, sin duda nos esforzaremos gustosamente en conseguir.

No hay nada más bello e iluminador para una casa que un buen ramo de flores. 

Y si las compramos cada vez que perdamos una cifra concreta de peso, seguro que nos esforzamos más y con mejor talante en conseguirla. 

Y tendremos una casa bellamente adornada, lo que revertirá positivamente en nuestro ánimo y en nuestro propósito.

Someterse a una dieta de pérdida de peso a veces ocasiona cierta tensión, y una de las mejores maneras de relajarse se encuentra en una buena sesión de manicura y/o pedicura. 

Ayuda mucho, como podrán comprobar si lo hacen, darse de vez en cuando ese gusto de que le cuiden a una las manos y los pies y es muy motivador para continuar con esos sacrificios dietéticos.