Una de las frutas más ricas en gran cantidad de nutrientes, más jugosa y con más posibilidades de combinación con otros platos, formando exquisitas recetas, es esta de la que hoy le vamos a hablar: la piña.

Cuenta con una gran ventaja sobre otras frutas: la podemos encontrar en los supermercados y tiendas de comestibles prácticamente durante todo el año. Así que si queremos incluirla en nuestra dieta saludable, no tendremos que prescindir de ella en ningún momento. 

Como veremos, son muchas las razones que hay para que la incluyamos en nuestro plan dietético. 

Aunque presentes en muchas otras frutas y verduras, son especialmente abundantes en las piñas. 

Como sabemos, los antioxidantes son esenciales para luchar contra los radicales libres que se producen en nuestro cuerpo en los procesos metabólicos y a causa de toxinas ambientales. 

Dado que no podemos evitarlos completamente, y que están implicados en enfermedades como el cáncer, es importante que incluyamos suficiente dosis de antioxidantes, en lo que juega un papel fundamental la piña.

Su sabor y textura, así como su jugosidad, la hacen idónea para combinar en multitud de platos: 

Podemos picarla añadiéndola a una sabrosa guarnición a base de aguacate y jalapeños, que podremos usar para darle un exuberante sabor a nuestros platos de pescado o de pollo.

Pero si queremos algo más fresco, siempre podemos hacer una deliciosa ensalada de frutas, a base de gajos de naranja, rodajas de kiwi y trozos de mango, combinándolos con pedacitos de piña.

Una de sus principales riquezas estriba en su alto contenido en Vitamina C, que, como sabemos, es esencial para que nuestro sistema inmune funcione de manera óptima. 

Consumiendo una taza diaria de piña, tendremos la vitamina C que necesitamos diariamente, así evitaremos caer resfriados en las temporadas de frío, como a menudo sucede a nuestro alrededor.

Su característico sabor, dulce e intenso, y su gran contenido en jugo, hacen de ella una fruta especialmente sabrosa. 

Y además, no solamente podemos comerlas frescas, sino que también podemos cocinarlas; o bien, si no nos apetece comerlas en rodajas, podemos usarlas como ingredientes para elaborar deliciosos batidos.

Pero también se pueden añadir picaditas a un yogurt griego o a una rica ensalada de frutas.

Esta es una de las razones más poderosas para incluirlas en una dieta saludable: su alto contenido en agua, y sus inapreciables calorías (una taza tiene menos de 100) la convierten en un alimento especialmente indicado para incluirlo en cualquier dieta de pérdida de peso. 

Aunque su aspecto exterior hace pensar que son muy difíciles de pelar, realmente no es así. 

Simplemente hemos de contar con un cuchillo bien afilado y seguir estos simples pasos: 

Corte sus extremos, sitúela de pie, y corte la cáscara de arriba hacia abajo, usando el cuchillo.

A continuación, córtela en cuatro trozos, quite el corazón y ya puede usar cualquier cuchillo de untar para cortarla en trozos pequeños.

Una de las mayores ventajas que tiene la piña es que es posible usarla tanto cruda como cocinada, como plato en sí, o como ingrediente de apetitosas salsas. 

Por ejemplo, si le gusta el pollo agridulce, con la piña combinada con pimientos rojos, y entremezclados ambos con pechugas de pollo, obtendremos, tras una lenta cocción en una olla, un exquisito pollo con sabor dulce. 

También podemos usarla como postre, cortadas en rodajas y asadas en la parrilla untadas con un poco de miel. 

Si preferimos algo más exótico, podemos asar el pollo al modo Teriyaki, usando el jugo de piña como adobo, y triturarlo después para usarlo en bollitos para cenar con nuestra familia.

Algo muy importante, ya que actualmente el sodio está presente en la mayoría de los alimentos procesados a unos niveles alarmantes, por lo que aquellas personas que hayan de someterse a una dieta restrictiva en sodio pueden, al menos, disfrutar de este exquisito fruto. 

Nuestro cerebro usa sólo la glucosa como fuente de energía, y la piña es una excelente fuente de azúcares naturales.

Así, al disponer nuestro cerebro del “combustible” adecuado, mejora su capacidad: podremos concentrarnos mejor y en general, todas sus funcionalidades mejorarán ostensiblemente.

Para terminar, entre las razones más poderosas que podemos mencionar se encuentra ésta: su elevado contenido en Vitamina A, C, B6, Tiamina, así como más de 15 compuestos antioxidantes, manganeso,  y cobre, ayudan eficazmente a potenciar nuestro sistema inmune, protegiéndonos así de muchos patógenos externos. 

Como hemos visto, sus beneficios no solo para nuestra salud, sino para nuestro paladar, y para una dieta equilibrada y saludable son muy destacados e importantes, así que bien vale la pena tener siempre una par de ellas en nuestro refrigerador.