Vamos a bajar de peso en un mes. 

Y vamos a hacerlo de forma que los resultados sean evidentes y podamos entrar en ese traje que llevábamos hace unos años y que  tan bien nos quedaba, y que no hemos podido volver a usar desde entonces. 

Lograremos estar espléndidos en esa boda de nuestro amigo, brillaremos en esa reunión importantísima o bien podremos disfrutar sin complejos del sol de la playa durante esos días de vacaciones que tenemos.

Pero vamos a lograrlo de una forma equilibrada y duradera, de manera que tras el esfuerzo que vamos a realizar, no regresemos a nuestro estado de baja forma y sobrepeso actual.

Por ello, vamos a llevar a cabo una serie de estrategias que incluirán en nuestra vida unos hábitos duraderos que lograrán que este cambio se mantenga a lo largo de mucho tiempo.

Debemos introducir una variación de movimiento en nuestra rutina diaria: si es que nuestra vida es sedentaria, incluyamos en nuestro planning diario una caminata de al menos treinta minutos, y eso por lo menos cinco de los siete días de la semana.

Pero si ya hace ejercicio, incluya esta modificación: haga rutinas de intervalos. Son ejercicios llevados a cabo en cortos períodos de tiempo, a máxima intensidad, alternando con algunos ejercicios de recuperación de baja intensidad. De esta forma su cuerpo incrementa enormemente su capacidad para quemar grasa.

Si por otro lado, está habituado a alguna rutina de ejercicios, varíela: su cuerpo se ha habituado a ese gasto calórico y lo ha integrado en su metabolismo. 

Déle un shock variando de actividad.

Uno de los peores enemigos de cualquier dieta es la frustración. Esto puede acontecer con mayor intensidad cuando las metas que nos proponemos son casi imposibles. 

Así que primeramente sea consciente de que la cantidad de peso que se puede perder semanalmente, según la mayoría de los centros especializados, es de medio a un kilogramo de peso por semana. 

Es probable que al principio de su plan pierda más peso, pero a medida que avanza el mes, se irá equilibrando con el promedio, por lo que lo normal es que pierda, en condiciones óptimas y no desequilibradas, entre 4 y 5 kilos de peso en un mes.

Este tipo de entrenamiento preservará nuestra musculatura mientras vamos perdiendo la grasa. Así, simultáneamente a un adelgazamiento a costa de grasa, conseguiremos que nuestros músculos no pierdan ni volumen, ni fuerza. 

Esto hará que nuestro metabolismo aumente, y el ritmo de consumo calórico se incrementará paralelamente, de manera que no sólo lograremos perder peso en ese mes, sino que mantendremos un ritmo constante prolongado en el tiempo, evitando así que al terminar ese mes, recuperemos en un corto periodo de tiempo esos kilos perdidos.

Como es lógico esto implica que tendremos que mantener este tipo de entrenamiento una vez que haya concluido el mes, si no nuestro metabolismo decaerá nuevamente y nuestro peso perdido regresará a nosotros. Pero si logramos mantener esta disciplina, no sólo podremos usar ese traje en el que ya no cabíamos, sino que aunque estemos más delgados realmente, no pareceremos escuálidos.

Haga esta rutina al menos dos veces semanales, involucrando a los principales grupos de grandes músculos.

Todos los factores anteriores que hemos mencionado tienen un papel básico a la hora de perder peso, pero lo fundamental siempre, es que la cantidad de calorías que ingresamos sea igual o inferior a las que realmente necesitamos.  

Si somos sedentarios, lo normal es que comamos mucho más de lo que necesitamos. Si hacemos ejercicio, la sensación de hambre puede ser tan intensa que también nos pasemos.

Hemos de tener una medida lo más exacta posible de dichas necesidades reales. Esto es algo que podemos conocer a través de muchas tablas elaboradas por científicos nutricionistas. 

De cualquier forma, una meta básica es rebajar la cantidad semanal de calorías que comemos entre 3500 y 7000, pues medio kilo de peso representa en calorías unas 3500. 

Adecuemos nuestra dieta para reducir nuestra ingesta calórica en esa cuantía: reduzcamos las porciones de nuestros platos, evitemos dulces, papas fritas, eliminemos las bebidas azucaradas y comamos más fruta fresca y ensalada.

Pero no baje nunca su consumo calórico por debajo de 1200 calorías diarias, podría entrar en colapso y nada ganaría en su pérdida de peso, sólo problemas de salud.

Si se atiene a estos consejos, logrará sin duda perder esos cuatro o cinco kilos de más en ese mes previo a su gran acontecimiento. Ánimo.