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POR QUÉ SALTAR LA CUERDA ES UN BUEN EJERCICIO
La feliz y comprometedora temporada de verano quedó atrás, periodo del año en que nuestras debilidades son más aparentes, pero también nuestras fortalezas.
El otoño, tentador con sus tardes placenteras delante del televisor, y con una temperatura cada vez más baja, apta para arrellanarse en un sofá, es un obstáculo para hacer ejercicio (más psicológico que real, obviamente)
Y ahí aparece el temible seductor: la pereza nos agarra de la manita y nos lleva al más mullido sillón de la casa, donde nos solazamos de mil y una maneras, y lo último en que pensamos es hacer algo de ejercicio.
Sin embargo, hay uno que posiblemente logre hacernos salir del sillón, si es que le vamos tomando el gustillo: nos referimos a la cuerda.
Y no pensemos que es un ejercicio banal: no en vano los deportistas cuyo entrenamiento es más extremo, los boxeadores, hacen de la comba uno de sus pilares de ejercicio.
Gracias a la comba, la cantidad de calorías que podemos quemar es increíble, y por supuesto, es mucho más divertido que subirse a una cinta de andar durante un par de horas.
Pero vamos a extendernos un poco más, detallando cinco poderosas razones por las que deberíamos incluir la comba en nuestros entrenamientos:
Si viajamos a menudo, o bien simplemente, una tarde no nos apetece ir al gimnasio, la cuerda de saltar es una de las opciones más sencillas y prácticas para hacer ejercicio en cualquier lugar y momento: cuando estamos de vacaciones, entra sin complicaciones en la maleta.
Y si estamos apretados de tiempo, un entrenamiento Tabatha con la cuerda de saltar, consigue en 4 minutos quemar una enorme cantidad de calorías, mantener nuestro metabolismo elevado todo el día y mantenernos en forma por atareados que podamos estar.
Cuando salta con la cuerda, la cantidad de calorías que usted quema es muy superior a la que podría quemar caminando e incluso corriendo: en una hora de salto se queman entre 800 y 1000 calorías, muchas más de las que se queman andando una hora (entre 200 y 300 calorías).
Si introducimos el entrenamiento de alta intensidad en el salto con cuerda, convertimos a nuestro cuerpo en una auténtica máquina de quemar calorías, y además este proceso se extiende mucho más allá del tiempo del entrenamiento, abarcando todo el día.
Pudiera parecer el típico comentario de revista de sala de espera, pero hay una base científica para este dato; con el tipo de ejercicio que supone el salto reiterado, se liberan gran cantidad de endorfinas, que no sólo proporcionan una sensación palpable de relajación y bienestar, sino que actúan como calmantes del dolor.
Además, las profundas inspiraciones que se asocian a este ejercicio hacen que nuestra mente entre en un estado de relajación, nos generan un cierto grado espontáneo de concentración y nos proporcionan suficiente energía para sobrellevar la totalidad del día.
No pensemos que el equilibrio sólo es importante en una clase de yoga: es básico en todos los aspectos de la vida, y puede llegar a ser tan importante como tener unos huesos fuertes, para evitar fracturas. Como dice el Dr. Daniel W. Barry, en un artículo del New York times, los huesos frágiles, desde el punto de vista clínico, no tienen importancia, mientras no nos caigamos.
Por otro lado, saltar con la cuerda ayudar eficazmente a aumentar nuestra coordinación, con lo que la precisión a la hora de afrontar cualquier otro deporte es mucho mayor. Además, reducirá la propensión a los accidentes en dichos deportes y en nuestra vida cotidiana en general.
Poco entrenamientos hay tan eficaces para conseguir un ritmo cardíaco saludable, y con ello un corazón sano y feliz.
El entrenamiento regular de salto con cuerda no sólo produce un mejoramiento de nuestra condición física general, sino que aumenta la capacidad de nuestro corazón y nuestros pulmones para proporcionar más oxígeno a los diferentes tejidos de nuestro cuerpo.
A la hora de conseguir una cuerda para saltar, una de las cosas que debemos tener en cuenta es su grosor:
Nos resultará más fácil realizar algunos ejercicios, sobre todo los de estilo y velocidad, como los dobles saltos, si la cuerda es más delgada.
En cuanto a la longitud, es importante que a la hora de doblarse, quede a la altura del pecho, ya que si es más larga, es más probable que se tropiece con ella.
A la hora de conseguir una cuerda para saltar, una de las cosas que debemos tener en cuenta es su grosor:
Nos resultará más fácil realizar algunos ejercicios, sobre todo los de estilo y velocidad, como los dobles saltos, si la cuerda es más delgada.
En cuanto a la longitud, es importante que a la hora de doblarse, quede a la altura del pecho, ya que si es más larga, es más probable que se tropiece con ella.
Aquí algunos ejercicios:
Saltos individuales: cuando comencemos a saltar, balanceando la cuerda hacia delante para saltar sobre ella, elevemos las rodillas, primero una y después la otra, alternativamente en cada salto, llevándolas hasta el pecho (o lo más alto que podamos).
Saltos dobles: este tipo de salto, mucho más exigente, requiere que la cuerda pase dos veces bajo nuestros pies en cada salto.
Como es un tipo bastante avanzado de ejercicio, no se preocupe si al principio no le sale.
Simplemente concéntrese en mantener los brazos lo más ajustados posible a su lado mientras la cuerda sube y baja sobre usted, y con tiempo y práctica lo conseguirá.
Y no olvidemos, que es el tiempo, la práctica y la constancia lo que determinan los resultados: no basta con un día de salto de cuerda al mes. Si nos disciplinamos, veremos resultados muy pronto.
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