¿Estás confundida con lo que debes o no comer o qué tipo de dieta seguir?

Y no es para menos, en Internet hay tanta información y algunas muy erróneas que sientes que estás desinformada.

¿Quieres saber como bajar de peso de forma segura y sana?

En este artículo desterraremos 10 mitos de la alimentación. 10 grandes mentiras que prometen algunas dietas.

Uno de los mitos que se ha arraigado fuertemente es aquel que dice que los huevos tienen una gran cantidad de colesterol.

Por lo tanto según esa creencia se considera al huevo como un alimento riesgoso para las personas que tienen tendencia a sufrir alguna enfermedad coronaria.

Nada más lejos de la realidad. Según los estudios realizados se ha demostrado que los huevos tienen la propiedad de elevar el nivel del colesterol “bueno” en la sangre y no están para nada asociados a ningún riesgo de enfermedades del corazón.

Es más, los huevos poseen antioxidantes que se encuentran en muy pocos alimentos y son ricos en muchos nutrientes. Además de grasa, que es menor a la un panecillo.

Así que puedes reemplazar por el pan en el desayuno o almuerzo para tener saciedad y bajar de peso. 

La tendencia es que todo el mundo coma cereales para vivir mejor. Pero en realidad, los granos no tienen tantos nutrientes como los vegetales.

Además está comprobado científicamente que son ricas en una sustancia llamada ácido fítico, que unidas a algunos minerales esenciales en el intestino previenen que sean absorbidos.

El grano más difundido, por lo menos en la dieta occidental es el trigo.

Responsable de causar una serie de problemas de salud.

El trigo contiene una gran cantidad de una proteína llamada gluten, que puede dañar el revestimiento del intestino causando dolor, hinchazón y cansancio.

Otros estudios han demostrado que existe una asociación entre el gluten y trastornos del cerebro como la esquizofrenia y la ataxia cerebelosa.

La verdad es que sin el sabor que da la grasa a los alimentos nadie probaría un bocado.

Por lo tanto para que los alimentos tengan un sabor parecido, los fabricantes han optado por algunas sustancias como los edulcorantes artificiales como el aspartamo y jarabe de maíz de alta fructosa.

Aunque es cierto que estas sustancias no aportan calorías no son del todo bueno para el organismo.

Es más, según las conclusiones de algunos estudios, estas sustancias están altamente relacionadas con el riesgo de contraer graves enfermedades como la obesidad, el síndrome metabólico, diabetes, enfermedades cardíacas, partos prematuros y depresión.

En estos productos que son bajos en grasa, se ha sustituido la grasa natural por sustancias que son extremadamente perjudiciales para la salud.

Quizás el mito más extendido en todo el mundo es que una buena alimentación tiene que estar basada en alimentos bajos en grasas y ricos en carbohidratos.

Este tipo de dieta contiene una gran cantidad de granos y azúcares, con muy pocas cantidades de alimentos ricos en grasas como la carne y huevos.

Este tipo de dieta no es una de las mejores opciones de como bajar de peso. Puesto que este tipo de alimentación es solo buena para aquellas personas que no tienen ninguna tendencia a engordar.

Porque toda aquella persona que tienda a ser obeso o a alguna enfermedad relacionada como el síndrome metabólico o la diabetes, esta cantidad de hidratos de carbono es muy peligrosa.

Varios son los estudios que demuestran que una alimentación basada en alimentos bajos en carbohidratos y altos en grasa es más saludable.

El mito más común sin lugar a dudas es que el azúcar es malo para la salud solamente porque posee muchas calorías y nada de nutrientes esenciales.

Lo cual es cierto, pero tiene algunas propiedades más que la hacen mucho más peligrosa para nuestra salud.

Su alto contenido de fructosa, hace que el azúcar afecte de manera negativa nuestro metabolismo.

La fructosa se ​​metaboliza por el hígado y se convierte en grasa que es secretada a la sangre en forma de partículas de VLDL. Esto conduce a niveles elevados de triglicéridos y colesterol.

Además es la causa principal de la resistencia a las hormonas insulina y leptina, llevando a nuestro cuerpo directamente a la obesidad, síndrome metabólico y diabetes.

Incluir el azúcar en nuestra alimentación diaria causa una unidad bioquímica incesante en los seres humanos que provoca ansiedad de comer más.

Es quizás el peor alimento inmerso en la dieta estándar occidental.

Uno de los grandes mitos de la alimentación es que los alimentos ricos en grasa saturada son fatales para las enfermedades del corazón.

Pero los estudios más recientes demuestran que tanto la carne como el queso y la mantequilla no están relacionados con algún riesgo coronario.

Al contrario, estos alimentos elevan el nivel de colesterol HDL (“bueno”) en sangre e incluso cambian la densidad de las moléculas del LDL en más benignas. 

Durante décadas se ha creído que una dieta alta en proteínas puede causar tanto la osteoporosis como una enfermedad renal.

Es cierto que el consumo de proteínas aumenta la excreción de calcio de los huesos en el corto plazo, pero varios estudios han demostrado que a largo plazo tienen un efecto contrario.

A largo plazo, una dieta rica en proteínas mejora la salud ósea y lleva a un menor riesgo de fractura.

Además, los estudios no muestran ninguna asociación de alimentos con alto valor proteico y las enfermedades renales en personas sanas.

De hecho, dos de los principales factores de riesgo para la insuficiencia renal son la diabetes y la hipertensión arterial. Por lo tanto seguir una dieta alta en proteínas nos protege contra la osteoporosis y una insuficiencia renal.

Repartir la cantidad de comidas diarias en varias veces al día es un gran mito que todavía tiene mucha vigencia.

Actualmente muchas soluciones de como bajar de peso están basadas en esta teoría.

Muchos estudios han demostrado que no tiene sentido comer muchas comidas pequeñas durante el día para mantener el metabolismo alto.

Aunque es cierto que en el proceso de la digestión se aumenta el metabolismo, es la cantidad de energía total la que cuenta. Y según varios estudios, las personas que comen la misma cantidad de comida en el día, repartidos en muchas porciones o en solo 3 veces al día no muestran diferencias.

De hecho, un estudio en hombres obesos reveló que comer 6 comidas al día le provocaba menos sensación de saciedad en comparación con 3 comidas. Por lo tanto, ingerían una porción mayor a la recomendada 6 veces al día.

Además, la naturaleza del cuerpo humano no está constituida para estar en un constante estado de alimentación.

Es más, hasta se recomienda ayunar de vez en cuando para limpiar nuestro cuerpo.

Ojo con este mito. Las grasas poli insaturadas se consideran muy saludables, porque algunos estudios muestran que disminuyen el riesgo de contraer enfermedades del corazón.

Pero hay muchos tipos de grasas poliinsaturadas y no son todas iguales.

Lo más importante es mantener un equilibrio entre los ácidos grasos Omega 3 y ácidos grasos Omega 6.

Si la relación no es equilibrada y se ingiere una mayor cantidad de omega 6 puede llegar a ser un problema.

Porque la mayoría de las dietas modernas ya incluyen semillas y aceites vegetales como el aceite de soja, maíz y girasol. Y el exceso de ácidos grasos omega 6 puede aumentar el riesgo de contraer enfermedades del corazón.

Mientras que los omega-3 son antiinflamatorios y reducen el riesgo de contraer muchas enfermedades relacionadas con la inflamación y no se encuentra en muchos alimentos.

Por eso es importante tener en cuenta un suplemento alimentario que contenga aceite de hígado de bacalao.

El mismo instinto nos lleva a pensar que comer grasas te hace engordar.

Esa materia suave e hinchaza que crece bajo nuestra piel, llamada grasa nos lleva a pensar que si ingerimos más de ella nuestro cuerpo va a generar o acumular más grasa.

Pero no es así de simple. A pesar de que la grasa tenga más calorías por gramo que los carbohidratos o las proteínas, las dietas altas en grasas no hacen que la gente engorde.

Todo depende con qué la acompañes. Si sigues una dieta alta en grasas y alta en carbohidratos te hará engordar pero nada tendrá que ver con la grasa.

De hecho, las dietas que son altas en grasa y baja en carbohidratos causan una mayor pérdida de grasa que las dietas que son bajas en grasa y altas en carbohidratos.