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Están Relacionados La Grasa Y El Colesterol? 9 Mentiras Desmistificadas

La grasa ha sido satanizada de gran manera como uno de los principales factores causantes de las  enfermedades actuales, muchos “expertos” en el área de la salud prefieren recomendar evitar el

consumo de los alimentos con grasas saturadas y colesterol sin antes darse la oportunidad de consultar diversas fuentes que nos ayuden a llevar a cabo una alimentación equilibrada en la cual podamos incluir estas grasas sin temor a que cause daños a nuestro organismo.  

Por este motivo nos dimos a la tarea de dar a conocer las 9 grandes mentiras sobre las grasas saturadas y el colesterol.


Cuando hablamos de grasas e infarto siempre pensamos en el colesterol pero no solo en el colesterol total sino que también pensamos en el colesterol LDL el cual también es conocido como  colesterol “malo” y son las grasas a las cuales culpamos como riesgo de padecer un infarto.

Es verdad que un aumento sostenido de ambos es un factor que predispone a padecer un ataque al corazón pero el contexto de los lípidos es sangre es mucho más amplio.

Cuando hablamos de colesterol total también hablamos de incluir ambos tipos de colesterol tanto el LDL como el HDL, cualquiera de los 2 que se eleve por consecuencia elevara el colesterol total.

Cuando hablamos de colesterol LDL podemos mencionar que existen 2 tipos:

En el plasma también se detectan partículas pequeñas y densas de LDL las cuales pueden ser más malignas y provocar más placa ateromatosa éstas pequeñas partículas si se asocian con las enfermedades del corazón. Existen otras partículas más grandes de LDL que son menos aterógenas y son benéficas.

Existen estudios que demuestran que hay otros indicadores de riesgo de padecer infartos como otro lípido en sangre llamados triglicéridos.

Un estudio realizado en pacientes hospitalizados por enfermedades coronarias  dio a conocer que al menos la mitad de los participantes tenían niveles normales de LDL.

Existen investigaciones realizadas en adultos mayores en las cuales se descubrió que el colesterol alto puede tener efecto protector y disminuir el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

Los niveles de colesterol siempre deben estar en equilibrio ya que también niveles demasiados bajos se asocian a riesgos de otras enfermedades como el cáncer e incluso la muerte.

Cuando se realizan estudios de laboratorios a las personas y se les encuentran niveles elevados de colesterol LDL, sus médicos o asesores de salud buscan por cualquier medio el reducir el colesterol recetando dietas bajas en grasa y medicamentos como estatinas.

Cuando mediante una alimentación equilibrada se puede ver considerablemente reducido sin necesidad de dar dietas bajas en grasa o medicamentos que causen efectos secundarios graves.

Es necesario que los médicos tomen en cuenta todos los lípidos que circulan en sangre y no solo el colesterol total y el LDL para dar un tratamiento efectivo a las personas que han alterado sus niveles por diversos factores pero el principal una mala alimentación.

Cuando hablamos de grasa saturada lo primero que pensamos es que es malo para el cuerpo y dañan nuestra salud principalmente la del corazón  y en la actualidad las nuevas tendencias de alimentación hacen que evitemos a toda costa el consumo de este tipo de grasa.

Las investigaciones demuestran que la grasa saturada no eleva en gran cantidad el colesterol LDL además es importante recordar que se debería estudiar más a fondo el tipo de LDL que pudiese llegar aumentar si fuera el de alta densidad o el de baja pero lo que es cierto es que el aumento es muy poco e inconsistente, depende totalmente de la persona de como anden sus niveles de lípidos en sangre y si tiene algún factor de predisposición genética.

Hay investigaciones que dan a conocer que la grasa saturada cambia las partículas pequeñas de baja densidad de LDL  a partículas de alta densidad que son mucho mejores. También el HDL se ve aumentando y este se asocia a disminuir el riesgo de padecer enfermedades del corazón.

Después de ver estos resultados podríamos decir que ayudan a mejorar los niveles de lípidos y no como muchos consideran que los empeora.

Existen estudios implementados para descubrir cuál es la verdadera relación entre la grasa saturada y las enfermedades del corazón pero no se encontraron evidencias de que la grasa saturada elevara el riesgo de padecer enfermedades cardiacas.

Recordemos que nuestro cuerpo necesita diversos nutrientes y de todo tipo de grasas en diferentes proporciones, dejemos de satanizar el consumo de grasas saturadas y permitamos que se consuman de manera responsable.

El huevo es uno de los alimentos más consumidos en las poblaciones, pero las personas o al menos lo era, pero desde que se dio a conocer que contenía colesterol la gente dejo de comerlo ya que oyen hablar de colesterol y les asusta.

El colesterol es una lipoproteína que se encuentra en nuestra sangre y que debemos de tenerla en niveles adecuados.

El huevo contiene colesterol si es verdad pero también contiene vitaminas y es uno de los alimentos que tiene una proteína de gran calidad. En general es uno de los alimentos más nutritivos porque sus  nutrientes aportan beneficios para la salud de los ojos y el cerebro.

Aquí la culpa también la tienen los expertos en nutrición porque en lugar de recomendar una dieta equilibrada que contenga todos los nutrientes que las personas necesitan y estos aportárselos a través de una rica alimentación en la cual se varíen los alimentos y se incluyan alimentos nutritivos como el huevo, para ellos es más fácil omitir el consumo de los alimentos que causan “daño” solo por tener colesterol pero dejan de lado todos los beneficios que aportan los demás nutrientes.

Cuando se habla de colesterol siempre se relaciona con las enfermedades del corazón, por eso es importante también tomar en cuenta los estudios que se han realizado sobre el colesterol.

Hay investigaciones que indician que el colesterol que está en la dieta no eleva el colesterol LDL en sangre y que el consumo de huevo permite que haya buenos niveles de HDL en la sangre lo cual no lo asocia a tener riesgo de enfermedades cardiovasculares.

El huevo se compone de 2 porciones la yema y la clara, en la yema están contenidas las vitaminas y minerales mientras que la clara se compone de proteína.

Los nutricionistas al recomendar dietas en las que incluyen el huevo recomiendan quitar la yema lo único que están haciendo es evitar que las personas consuman los nutrientes que hay en la yema.

Es mucho más recomendable comer el huevo completo e incluirlo dentro de una alimentación equilibrada que prohibirlo en su totalidad o quitarle una parte importante porque su composición total es lo que le permite ser uno de los alimentos más nutritivos que existen.

La grasa es un nutriente necesario para el cuerpo además de que ejerce muchas funciones en el cuerpo como ubicarse bajo las capas de la piel y sirve como un recubrimiento de protección contra el frío, golpes, etc.

Pero qué pasa con esa frase que dice:

¡eres lo que comes!

Entonces si como grasa ¿seré grasa? o ¿almacenare más grasa?

Si lo vemos desde el punto de vista calórico es verdad que la grasa aporta mayor cantidad de calorías por gramo 9kcal/gr a comparación de las proteínas y los carbohidratos que solo aportan 4kcal/gr.

La realidad es que los alimentos que son ricos en grasa también son alimentos muy llenadores y es difícil que podamos comerlos en exceso.

Existen estudios realizados en dietas ricas en proteínas y grasa que son comparados con las dietas bajas en grasa y han demostrado que se pierde mayor cantidad de peso al hacer una dieta rica en grasa y proteína.

Las investigaciones realizadas en dietas ricas en grasa han demostrado que aportan beneficios al cuerpo como el aumentar el colesterol HDL, producir buenas partículas de LDL de alta densidad, ayudan a que se regulen los niveles de azúcar e insulina y se pierde mayor cantidad de grasa abdominal.

Es contundente y claro que las dietas restringidas en carbohidratos y ricas en proteínas y grasas aportan mucho mayores beneficios que las dietas bajas en grasa y que además veras los resultados de pérdida de peso en mucho menor tiempo y con mayor eficacia.

A partir de las hipótesis que generaron muchos investigadores entre los años 60 y 70´ssobre la grasa saturada a la cual le atribuyeron ser la causante de las enfermedades cardiovasculares por elevar los niveles de lípidos en la sangre principalmente el colesterol “malo” (LDL).

Al generarse esta idea se comenzó a sugerir el  uso de dietas bajas en grasa, las aplicaciones de estas dietas se pudieron observar a partir del año 1977 y principalmente en la población de E.U. aunque cabe mencionar que aún no había datos  que respaldaran que esta era la dieta adecuada para la población estadounidense, digamos que esta población se sometió sin tomar en cuenta los factores de riesgo a una dieta recomendada por quienes en aquellos años eran los expertos en salud.

Aquí lo interesante hubiera sido hacer un estudio a todas aquellas personas que adoptaron este tipo de dieta y a través de los años ver las consecuencias del cambio de alimentación y los desencadenantes de estas dietas.

Curiosamente la expansión de la obesidad comenzó casi a la par que cuando se dieron a conocer los lineamientos de las dietas bajas en grasa.

Poco después se desencadeno otra de las enfermedades que ha causado muchas muertes a nivel mundial la diabetes mellitus recordemos que las personas que padecen obesidad tienen un factor de riesgo mayor de padecer diabetes.

Sería muy interesante que se realizara un meta-análisis de los estudios sobre el cambio de alimentación que se ha realizado a través de los años y las directrices que esto tomo y lo principal cuales fueron los resultados obtenidos.

La gente comenzó a dejar de comer alimentos naturales y sanos como la carne, mantequilla, huevos, etc. Y sustituyo a los alimentos naturales por un incontable número de alimentos procesados y refinados que contienen además de algunos químicos muchos carbohidratos simples.

La iniciativa de la Salud de las mujeres realizó un estudio verdaderamente amplio en el que participaron mujeres posmenopáusicas las cuales se dividieron en 2 grupos control.

Al primer grupo se le dio dieta baja en grasa y el segundo grupo continuó su dieta diaria que llevaban hasta el momento y al pasar un periodo de tiempo de 7.5 a 8 años el grupo que consumió la dieta baja en grasa obtuvo como resultado una pérdida de peso de .4kg menos que el grupo que llevo dieta normal y al analizar la incidencia de enfermedades coronarias o de cáncer no se encontraron diferencias entre ambos grupos.

En la actualidad existe una gran controversia acerca de los beneficios de llevar a cabo una dieta baja en grasa ya que hay muchos estudios en los cuales se dan a conocer beneficios hacia las personas que consumen dietas bajas en grasa.

Pero por otro lado hay estudios que indican como las dietas bajas en grasa empeoran factores de riesgo principalmente para padecer enfermedades cardiovasculares, esto incluye cambios en la densidad de lípidos en la sangre como los niveles elevados de triglicéridos, disminución de colesterol bueno (HDL).

Entonces es aquí donde se pone en tela de juicio que tan recomendable es realmente el consumo de dietas bajas en grasa porque está siendo demostrado que en la actualidad las personas desarrollan más enfermedades crónico degenerativas al adoptar “dietas sanas” o más bien dietas bajas en grasa.

Debemos reflexionar si el consumo de estas dietas realmente nos aporta beneficios o nos está ocasionando más perjuicios a la salud.

Si lo que pretendes es bajar de peso recuerda que al hacer dietas bajas en grasa no obtendrás realmente los resultados que deseas, no te ayudarán a perder esos kilos que están excedidos en el cuerpo.

Además no hay evidencias de los beneficios que causen a largo plazo, recuerda que es importante tomar en cuenta todos los estudios que se hayan realizado sobre este tipo de dietas incluso aquellos que dan como resultado daños a la salud así podrás tener una visión más amplia sobre el tipo de dieta que es más recomendable.

No será más de un centenar de años desde que el ser humano comenzó a consumir los aceites y las semillas procesadas por que hasta entonces se generaron las tecnologías para procesarlos y obtener lo que hoy en día conocemos como aceites vegetales.

El comercio de este tipo de alimentos se ha expandido por todo el mundo sustituyendo el uso de las grasas saturadas como la manteca para cocinar diciendo que es más sano y previene enfermedades principalmente las relacionadas con el corazón.

Hoy en día se conoce gran variedad de aceites extraídos de diferentes semillas como el de canola, maíz, soya, algodón, etc. En sus presentaciones se puede observar como enaltecen que son ricos en distintos ácidos grasos uno de los principales los Omega-6 los cuales son ácidos grasos poliinsaturados y que son considerados saludables.

Lo que muchas personas desconocen es que existen investigaciones sobre el consumo excesivo de este ácido graso puede contribuir a la inflamación y en lugar de causar un beneficio tienden a causar un daño a la salud.

Muchas personas asocian a estos aceites como los recomendados para disminuir el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares este es un grave problema de mercadotecnia porque al comerciar con estos productos ponen en sus etiquetas que no contienen colesterol y casi de forma inmediata las personas tienden a asociar esta frase con la prevención de enfermedades del corazón. Lo que no saben es que ningún tipo de aceite contiene colesterol pero si ácidos grasos como el Omega-6 que si se consumen en exceso en lugar de disminuir tiende a aumentar el riesgo de padecer estas enfermedades.

En E.U. se realizó un estudio donde fueron analizados los aceites de cocina más comunes usados por la población, se encontró que el .56% hasta el 4.2% de los ácidos grasos encontrados en los aceites eran altamente tóxicos y estos producían mayor cantidad de grasas trans las cuales son malas para el organismo.

Recordemos que en muchas ocasiones por intereses económicos o políticos se llegan a hablar maravillas de algún producto por eso no es de sorprenderse que asociaciones u organizaciones dedicadas al estudio del corazón sean patrocinadores del consumo de estos aceites y de recomendarlos.

No está de más revisar el consumo de otro tipo de aceites como el aceite de oliva puro extra virgen que contenga en mayor cantidad otro tipo de ácidos grasos como el Omega-3 y que su consumo realmente aporte beneficios a la salud y no que contribuyan a padecer enfermedades como inflamaciones.

Con las nuevas tendencias de alimentación implementadas en la población los fabricantes de alimentos han quitado la grasa para poder nombrarlos productos light o bajos en grasa y que las personas los consuman en mayor cantidad.

El problema surge cuando al realizar este procedimiento el producto pierde características importantes como el sabor natural y es ahí donde los fabricantes de estos alimentos añaden sustitutos de azúcar o derivados para compensar el sabor por la falta de grasa.

Esto ocasiona que el alimento este lleno de azúcar que causa mayores problemas de salud que el consumo de la grasa natural del alimento.

Si analizamos los ingredientes que contiene este tipo de productos en la etiqueta podemos observar que se le añaden una innumerable cantidad de jarabe de maíz, fructosa, sacarosa y productos químicos artificiales.

El problema es que las personas no toman esto en consideración y consumen este tipo de productos porque piensan que la grasa es lo que los hace subir de peso, es importante conocer cómo funciona el cuerpo y que podemos consumir grasas naturales necesarias para un correcto funcionamiento de nuestro organismo. Los nutricionistas deben  dejar de recomendar este tipo de productos y ayudar a que las poblaciones se alimenten más sano de forma natural y evitando satanizar algún alimento que puede contribuir a mejorar la salud.

Para poder definir esto es importante conocer como son estas grasas.

Las grasas Trans son grasas insaturadas que se modifican de forma química para que su vida sea de larga duración y sean más manejables en general se presentan de forma sólida, su nombre químico es el de grasas parcialmente hidrogenadas y las podemos encontrar en productos como margarinas, panes procesados, snacks, etc.

Algunas organizaciones de salud confunden a la gente diciendo que es lo mismo las grasas Trans que las grasas saturadas y las han etiquetado como las grasas “malas” para la salud.

Sin embargo los estudios realizados en grasa saturada no indican una relación con daños al organismo en cambio las grasas Trans pueden llegar a ser muy tóxicas y si llegar a aumentar el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares entre otros padecimientos como la resistencia a la insulina y la inflamación.

A pesar que el consumo de este tipo de grasas ha disminuido considerablemente en la industria de alimentos es utilizada en gran cantidad ya que la FDA aún los clasifica como alimentos seguros.

No confundamos las grasas Trans con la grasa saturada solo por su consistencia sólida la composición química es muy diferente principalmente a el proceso de elaboración al que se someten, como recomendación te digo si deseas evitar el padecer alguna enfermedad crónica evita por completo el consumo de grasas Trans, come más natural pero en caso que te veas obligado a consumir alimentos industrializados date tu tiempo y revisa las etiquetas de los alimentos que comes te ayudara a evitar riesgos de salud a futuro. 

Muchas de las margarinas que se comercializan en el mercado son productos que contienen grasas Trans por que la mayoría contienen gran cantidad de aceites vegetales procesados.

Como ya hemos mencionado el consumo de grasas parcialmente hidrogenadas son tóxicas para el organismo y es mucho más saludable consumir una grasa que no sea procesada  como por ejemplo la grasa de la mantequilla la cual es formulada de forma más natural y no ocasiona daños al organismo.

En el estudio del corazón de Framingham, la margarina se asoció con un mayor riesgo de enfermedad cardiaca en comparación con la mantequilla.

Existen muchas investigaciones realizadas en productos altos en grasa como los lácteos por ejemplo en los cuales no se encontró asociación alguna para desarrollar enfermedades al contrario se asociaron con un menor riesgo de padecer obesidad.

A pesar de las desacreditaciones y mala información que se ha dado sobre la mantequilla y los productos lácteos podemos decir que si son de origen natural y no son sometidos a tantos procesos químicos su consumo es muy seguro y saludable.

Lo primero que debemos hacer es evitar asociar la grasa y el colesterol con la obesidad ya hemos visto 9 mentiras acerca de las grasas y el colesterol, es seguro el consumo de grasa saturada y mucho más beneficioso que el consumir grasas procesadas como las grasas Trans.  
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