Esta dieta fue creada por el Doctor Agatston y es un éxito en el sur de Florida. Su filosofía es enseñar cuáles son los hidratos de carbono y grasas que se deben consumir. No se trata de erradicarlos para siempre, sino de restringirse durante dos semanas para luego ir incorporándolos poco a poco en las dos etapas siguientes. La intención es alcanzar una fase de mantenimiento que asegura evitar el temido efecto rebote.
El fundamento de esta dieta es disminuir la resistencia a la insulina, que tiene como resultado el almacenamiento de grasa, más de la que deberíamos y que luego no quemamos. Por lo que al disminuir el consumo de carbohidratos, sobre todo los refinados, no solo se pierde peso sino que desaparece la necesidad de ingerirlos. A su vez también mejoran los niveles de colesterol y triglicéridos.
Durante la primera fase se pueden bajar de 3 a 5 kilos. Esta fase es la más estricta; se puede comer prácticamente de todo menos pan, arroz, patatas, pasta, fruta y dulces o cualquier alimentos que contenga harina y azúcares. Tampoco está permitido el alcohol; sí el café, té y agua, fundamentalmente. Esta fase consta de 14 días y es la más dura. Se podrán comer raciones normales de pollo, pavo, pescado, carne magra y marisco. Se comerán muchas verduras, huevos, queso, frutos secos y aceite de oliva. El compromiso de esta etapa es muy alto, pero es donde se ven los resultados más rápidos, se elimina la ansiedad y nuestro organismo mejora la capacidad de procesar azúcares y almidones. El azúcar en sangre mejora al igual que los niveles de colesterol e insulina.
La segunda fase se realiza hasta alcanzar el peso objetivo; si se vuelven a ganar kilos hay que regresar a la primera. En esta fase se pueden perder de 400 a 800 gramos semanales. Como la pérdida es menor, se puede seguir con la primera fase unas semanas más. Se pueden agregar arroz integral, pasta de trigo integral, panes integrales o ricos en fibra y cereales integrales. También se permite el consumo de frutas como las cerezas, fresas, frutos rojos.
La tercera fase no plantea un período de tiempo sino una forma de vida, y cada vez que se suba de peso se puede regresar a la primera fase. Aquí no se pierde peso sino que se mantiene el que se ha conseguido. Se pueden agregar más alimentos respetando las reglas básicas, como el no consumir alimentos refinados o dulces, aunque si se hace alguna vez, procurar cuidarnos al día siguiente.
A diferencia de otras dietas hiperproteicas como la del Dr. Atkins, esta dieta permite el consumo de hidratos de carbono complejos como frutas, verduras, hortalizas y cereales integrales, mientras que las otras prohíben su consumo y además tienen una carga de grasas saturadas importante.