¿Piensas que por ser dulce, sabroso y tentador, un alimento va a tener cientos de calorías? Por fortuna, no sucede así en todos los casos, por ejemplo, con la piña o ananá. Se trata de una fruta que por porción aporta 82 calorías y –lo más importante- muchísimos beneficios para la salud. Aquí te contaremos las bondades de incorporar 200 gramos (una taza) de piña con cierta frecuencia en tu plan de alimentación.

Pero antes hablaremos de dónde viene este milagro de la naturaleza. La planta pertenece a la especie de las bromelias, familia en la que podemos encontrar muy pocos frutos comestibles. Su particular aspecto (llena de espinas por afuera y muy pulposa en el interior) responde a su formación: la piña está compuesta de un gran número de flores unidas en torno a un núcleo.

Nutrimentalmente, la fruta aporta vitaminas A, B y C, magnesio, calcio, cobre, bromelina, zinc, betacaroteno  y mucha fibra. Su porcentaje de sodio no resulta significativo; además, contiene 0% de grasa y colesterol malo (como todos los alimentos de origen vegetal, no posee colesterol). Sin embargo, es importante tener en cuenta que contiene algo de azúcar (aproximadamente, 16 gramos cada 200 gramos de piña)

Nacida en las regiones tropicales, hoy en día es uno de los ingredientes más deseados en los platos agridulces y las macedonias. No te será difícil hacerla parte de tu dieta gracias a su dulzura y a su textura tierna y jugosa. ¡Comer piña es realmente una tentación! Pero si quieres todavía más excusas para decidirte, te contaremos sobre todas las virtudes del ananá sobre el organismo. 

• Reduce los estados de nerviosismo y estrés.
• Regula la presión arterial alta.
• Baja el colesterol malo.
• Ayuda a elevar el nivel de glóbulos rojos en sangre, cuya ausencia produce anemia.
• Gracias a su alto contenido de fibra, es un importante agente digestivo y laxante.
• Acelera el funcionamiento del metabolismo, ayudándolo a asimilar mejor las proteínas.
• Fortalece el sistema inmunológico, por su contenido de vitamina C.
• Combate los síntomas de los resfríos comunes.
• Previene la osteoporosis, reforzando los huesos.