El albaricoquero o damasco (Prunus armeniaca) es un árbol frutal originario de China el fruto del cual es el albaricoque, una drupa casi redonda y con un aspecto muy parecido al del melocotón, por lo común de color amarillenta a naranja, aterciopelada, de sabor agradable, de carne jugosa y con un hueso liso generalmente amargo.
La mejor época para recoger los albaricoques más dulces y jugosos va desde mayo a septiembre. Es entonces cuando la tonalidad rosada expresa el exceso de dulzor en la fruta. Esta fruta es muy delicada, por lo que debe de tratarse con gran cuidado y precaución durante su proceso, es decir, desde su momento de recogida hasta su venta. Tal es su delicadeza que un simple golpe con los dedos puede perjudicar su textura hasta el punto de pudrirse.
Los albaricoques se deben de recolectar en su etapa de extrema maduración para que tengan toda su finura y fragancia y evitar recoger los que están arrugados. También es una fruta que se usa en la elaboración de postres.
- Aporta un bajo valor energético.
- Está compuesto por una elevada cantidad de agua.
- Destaca por la abundancia de fibra, que mejora el tránsito intestinal.
- La ingesta de esta fruta aporta propiedades antioxidantes.
- Ayudan a prevenir la Nictalopía, mala visión nocturna, gracias al caroteno.
- Favorece a prevenir afecciones de la piel y sistema respiratorio.
- Es un fruto rico en aceite y muy adecuado para mascarillas faciales y aceites corporales de primera calidad, especialmente valioso para borrar las estrías que deja la piel al estirarse y las arrugas.
- 39,7 calorías
- 9,5 g. de hidratos de carbono
- 2,1 g. de fibra
- 12 mg. de magnesio
- 290 mg. de potasio
- 27 mcg. de provitamina A
Del hueso del albaricoque se extrae un aceite muy utilizado en la elaboración de tratamientos de cosmética.