En la temporada alta, desde mayo a agosto, podemos encontrar uno de los frutos más deliciosos y nutritivos que la naturaleza nos da: las fresas. 

Su adición a cualquier dieta es tal vez de lo más saludable que podemos conseguir, y por supuesto son mucho mejor opción que los alimentos de muchas calorías, por lo que nos ayudarán a mantener nuestro peso bajo control.

Su importancia a la hora de reducir el colesterol está basada en su riqueza en antioxidantes, algo que demuestra el estudio realizado en el Hospital de St. Michael, en Toronto y que fue publicado en el número de diciembre del año 2008, de la revista Metabolismo.

Dichos antioxidantes son importantes, no sólo por su acción reductora del colesterol, también porque combaten a los radicales libres, elementos químicos liberados tras la exposición a productos químicos, ciertos alimentos, contaminación medio ambiental, etc.

Entre las vitaminas presentes en elevadas cantidades en las fresas, encontramos la C, de la cual podemos conseguir 97,6 mg en una taza, es decir, más del 100% del valor diario recomendado para una dieta de 2000 calorías. 

Asimismo, contiene 40 microgramos de ácido fólico por cada taza de fresas en rodajas, vital para mantener sanos nuestros glóbulos rojos y evitar malformaciones fetales. 

También conseguirás, si consumes una taza diaria de fresas frescas, alcanzar la dosis diaria de vitaminas K y B-6.

En cuanto a los minerales, son ricas en potasio, con 254 mg por taza (importante para el equilibrio de los fluidos), y podrás alcanzar la dosis diaria de hierro, magnesio, manganeso y cobre.

Desglosando el contenido calórico y de fibras y grasas, encontramos en una porción o taza, de unos 170 gramos, sólo 53 calorías y 0,5 gramos de grasa.

Si comparamos esto con lo que contiene una idéntica porción de papas fritas o de galletas, veremos qué cantidad de calorías y grasas le ahorraremos a nuestro cuerpo.

Asimismo, la cantidad de hidratos de carbono en dicha porción es de 13 gramos, 3 de los cuales lo constituyen las fibras, algo que esencial para un proceso digestivo sano y para equilibrar el colesterol. La cantidad diaria recomendada de fibra es de 25 gramos para las mujeres y de 38 gramos para los varones.

Si sumergimos las fresas en jugo de limón, y le añadimos  una cucharadita de azúcar, podemos tener un delicioso relleno para un yogur natural, o un helado o un pastel.

También las podemos añadir a un plato de cereales, o bien hacer un ensalada de frutas y cubrirla con chocolate.

Puedes hornearlas junto a un mollete o un pan de maíz, y puedes usarlas puestas sobre tortitas o gofres.

Si quieres un toque exótico, puedes añadirlas a una ensalada de espinacas frescas con queso de cabra y nueces, o un delicioso y espectacular pollo a la parrilla aderezado con una salsa de fresas en cubitos, con jugo de limón, pepino y menta.

Como ves, no hay razones, salvo las estacionales, para no atiborrarse de esta saludable y deliciosa fruta: no dejes pasar la temporada y tu salud y tu peso te lo agradecerán enormemente.