Los
ácidos grasos poliinsaturados reducen los niveles de colesterol y triglicéridos en sangre disminuyendo a su vez el riesgo de trombos y coágulos.
Disminuyen la viscosidad de la sangre, pero hay que aclarar que no destruyen el colesterol, sino que simplemente lo reduce.
Este ácido posee dos o más pares de átomos de carbono ?insaturados? y cuenta con el beneficio de disminuir el
colesterol total y la concentración de LDL (colesterol malo) .
El problema que presentan este tipo de grasas es
oxidación, de manera que pueden formar radicales libres que son nocivos para la salud.
Aunque el organismo puede evitarlo con sustancias antioxidantes, no es prudente abusar de las grasas poliinsaturadas. Por esta razón, se recomienda que su consumo sea de
3 a 7% del total de la grasa, sin sobrepasar nunca el 10%.
El ácido graso poliinsaturado más frecuente es
el ácido linoleico presente en altas proporciones en el aceite de girasol y en el de uva.
Así pues, este tipo de ácido lo encontramos en los siguientes
alimentos:
- Leche omega-3 u oleico
- Huevos
- Aceites de semillas de girasol, maíz y soja
- Margarinas vegetales
- Frutos secos tales como nueces y almendras
- Aceite de hígado de bacalao
- Pescado azul
Los
ácidos monoinsaturados aumentan, el popularmente llamado, ?colesterol bueno? y reducen el ?colesterol malo?. Desatascan los vasos sanguíneos y evitan que el LDL (colesterol malo) se pegue en las arterias.
Los dos átomos que carbono que lo forman y que están situados de forma continua están unidos a su vez a un solo átomo de hidrógeno.
Según los nutricionistas, el consumo de este tipo de grasas debe representar entre el
13 y el 23 % de las grasas ingeridas.
El mejor ejemplo de esta familia es
el ácido oleico, que se encuentra principalmente en el aceite de oliva. Esto lo convierte en el aceite más adecuado para las frituras porque es el más resistente a la descomposición química que provocan las altas temperaturas y porque a su vez es el menos absorbido por los alimentos que se fríen en él.
Esto se traduce en una mayor protección del
sistema cardiovascular.
Lo encontramos en los siguientes
alimentos:
- Aceite de oliva
- Aguacate
- Olivas