El colágeno es la proteína más abundante de nuestro cuerpo. Como cualquier proteína, está constituido por cadenas de aminoácidos que aportan resistencia y flexibilidad a nuestros tejidos. Es un componente muy importante de nuestros hueso, tendones, ligamentos, cartílagos y piel. También protegen nuestros músculos y órganos vitales, formando parte de la pared de los vasos sanguíneos, dientes, encías y cuero cabelludo.

Es importante consumir colágeno puro, bioasimilable, preferible a los sintéticos con añadidos de azúcares para enmascarar su sabor. Se obtiene a partir de tejidos animales ricos en proteína (piel, huesos, espinas) de origen porcino, vacuno, pollo, pescado etc.

El colágeno presenta los mismos aminoácidos y en proporciones similares, independientemente de la especie del animal. Su biodisponibilidad, seguridad alimentaria y propriedades saludables dependen del proceso de elaboración.

Es una proteína que tiene una molécula muy grande y debe pasar por un proceso de hidrolisis, preferentemente enzimática. Con ese proceso facilitamos la absorción por el intestino.

Una gran aliada a la hora del consumo es la vitamina C; esta vitamina nos ayuda a mantener altos niveles de colágeno y mantener una buena salud de la piel y tejidos. Por esto, estaría muy bien consumirlo con zumos cítricos.

• Contribuye a una pronta recuperación después del ejercicio.
• Disminuye la inflamación, la rigidez de la artritis reumatoide, la osteoartritis juvenil.
• Mejora la reparación del tejido de los cartílagos.
• Interviene, de forma positiva,  en la cicatrización de heridas.
• Fortalece el pelo.
• Ayuda a aumentar la producción de la elastina, disminuyendo la flacidez facial y corporal.

Así que con todas esas ventajas que nos ofrece y con poco esfuerzo (10g/día) deberíamos incluir este suplemento en nuestra dieta.



Por: Renata Pessanha
Nutricionista, especializada en Nutrición Clínica y dietoterapia
http://yoenminubecris.blogspot.com.es