En el libro de Tara Gadus, “Dieta de la Diva”, la autora nos relaciona una serie de errores que habitualmente se cometen a la hora de hacer una dieta, y que motivan que, en muchos casos, éstas fracasen, aparentemente, por “causa desconocida”.

Sin embargo, como veremos, a la hora de tener éxito con una dieta, hay que ser más conscientes de la realidad, no confundiéndola con nuestras percepciones. 

Y es que si hay tantas personas haciendo dieta (que las hay), ¿cómo es que casi las dos terceras partes de los estadounidenses padecen sobrepeso?.

Como veremos, hay una sencilla explicación para esto: y es que la dieta más exhaustiva y probada, puede resultar ineficaz si se cometen alguno de los “pequeños” errores que a continuación exponemos.

Afortunadamente, como también explicamos, existen remedios sencillos para corregirlos.

Existen, desafortunadamente aún, muchas dietas que se caracterizan por suprimir de nuestra alimentación grupos alimenticios. Un ejemplo con aquellas dietas que suprimen el gluten.

O dietas marcadas por una tendencia alimenticia particular ( Paleodieta: comer alimentos enteros, evitar los procesados y refinados así como los pobres en nutrientes, evitar las grasas trans, cereales con gluten, el azúcar refinado y los lácteos pasteurizados).

O incluso dietas cuyo contenido calórico es mínimo (dietas rápidas).

Pero el recorte de grupos nutricionales amplios, puede tener consecuencias metabólicas severas, y además, pueden no ser  (esencialmente por el desarreglo metabólico que producen), precisamente eficaces en cuanto a perder peso.

En todo caso, pueden llegar a provocar una malnutrición, pues excluimos de nuestra alimentación nutrimento específicos y necesarios.

El efecto producido por la falta de proteína es precisamente, según ha demostrado un estudio reciente, el contrario al que se pretende.

Pues el cuerpo necesita proteínas para moverse, y su ausencia conlleva consumir un mayor número de calorías para compensarlo, comiendo en exceso. 

Podemos solucionar esto, introduciendo en nuestra dieta claras de huevo, pues un vaso pequeño del mismo contiene sólo 60 calorías pero tiene 11 gramos de proteína por taza.

A veces se aconseja erradicar los tentempiés entre comidas. 

Pero se ha demostrado que si se eligen los aperitivos correctos vamos a lograr no sólo contener nuestros impulsos irrefrenables de comer demasiado cuando llega la comida, sino que introduciremos en nuestro cuerpo, según sea la fuente, una serie de proteínas y grasas que pueden ser muy saludables para nuestro corazón. 

Una alternativa muy razonable se encuentra en los frutos secos. Pero siempre con la debida moderación.

Así que teniendo en cuenta estas sencillas medidas, lograremos que nuestra dieta cumpla realmente su objetivo, y podremos observar dichosos los resultados.