Cuando queremos tener el vientre plano, son muchos los esfuerzos que acometemos y los sacrificios que realizamos. Y debemos tener claro que es un objetivo a largo plazo, pues ninguna dieta o medida de un día nos ayudará a conseguirlo.

Sin embargo, hay veces en que nuestro vientre está más dilatado e hinchado de lo habitual, y necesitamos recuperar cierta esbeltez en un brevísimo plazo. 

Hay algunos alimentos que comemos que pueden establecer la diferencia de un abdomen abultado antes de terminar el día, a uno ostensiblemente más plano al iniciar el nuevo día. 

Y también es cierto, que alimentos que a unos adelgazan, a otros no les funcionan igual, y ocasionan hinchazones abdominales molestas. 

Hemos de conocer cómo nuestro cuerpo reacciona a determinados alimentos.

Una de las primeras medidas que hemos de adoptar para adelgazar el abdomen, es evitar la inflamación intestinal que producen los gases de la digestión de determinados alimentos.

Pueden dar a lugar a la distensión situaciones tales como el tabaquismo, estrés agudo, comer alimentos muy grasosos, o bien padecer un síndrome de intestino irritable, una intolerancia a la lactosa, o una enfermedad celíaca.

Así que lo primero que debe tener siempre en cuenta es que debe evitar aquéllos alimentos que usted no tolere. 

Si no ha incurrido en ese error, ha de saber que otros alimentos que pueden ocasionar hinchazón son las coles de Bruselas, el brócoli, los frijoles, la coliflor, el repollo, la lechuga, pero también las manzanas, los melocotones, y las peras.

Asimismo, ha de evitar los chicles, los caramelos y sobre todo, las bebidas gaseosas.

Este es un aspecto que solemos descuidar a menudo, ya que nos suele pasar desapercibido: nuestra relación con el agua suele ser la que demanda nuestra sed, y poco más, pero podemos estar reteniendo agua, y esto puede ocasionar que nuestra barriga esté más abultada de lo normal. 

Esto se puede deber a dos cosas fundamentalmente: o estamos levemente deshidratados, y nuestro cuerpo retiene todo el líquido que puede, o estamos en niveles elevados de sodio, que por efecto osmótico, retiene agua en nuestro cuerpo.

Así que para evitar estas dos situaciones, hemos de beber diariamente la suficiente cantidad de agua, mínimo dos litros diarios, y no más de unos 2400 mg de sodio, la cantidad que el Instituto Nacional del Corazón recomienda como adecuada.

Si queremos rebajar nuestra cintura a corto plazo, podemos recurrir a varios alimentos cuyo contenido sea el idóneo para minimizar los efectos digestivos: primero, evitemos los alimentos procesados, con muchas grasas y de difícil digestión.

Según el Cancer Care Alliance Seattle, hemos de buscar alimentos con contenido primordial en carbohidratos y proteínas, más digeribles que las grasas. 

En cuanto a las proteínas, aquéllas con baja cantidad de grasas las encontramos en las claras de los huevos, el jamón magro o en las pechugas de pollo.

Tendremos que recurrir a verduras como la lechuga, y el brócoli, algunos de los proscritos mencionados líneas arriba, pues su contenido en fibra los mantiene más tiempo en los intestinos, manteniéndonos saciados más tiempo con menos calorías. 

Y tendremos que cambiar los carbohidratos blancos por los de los granos enteros.

Es decir, en resumen: podemos reducir el diámetro de nuestro vientre en un día sólo evitando o reduciendo la hinchazón provocada por ciertos trastornos que hemos mencionado, pero eso no es significativo. 

Para que la reducción de volumen sea real y significativa, además de perdurable, usted debe realizar cambios en su estilo de vida, haciéndolo más saludable.