En nuestra vida cotidiana, son muchas las cosas que
determinan lo que comemos. Con quién vives y con qué personas te juntas,
cuántos eventos sociales tienes, dónde trabajas o estudias, qué emociones
sientes… Todo esto influye la forma en que nos alimentamos. Existen muchas
malas costumbres (a menudo, inconscientes) que pueden hacernos sumar calorías
de más. ¿Cuáles son?
Algunas son comer a bocados muy grandes, comer de pie y
rápidamente, comer por ocio, ansiedad o tensión, terminar un
plato de comida aún si nos sentimos satisfechos con la mitad. Ya ves que muchos
hábitos cotidianos que pueden pasar desapercibidos, contribuyen a hacerte
engordar. Por eso, a continuación te daremos 7 tips para cambiarlos y bajar de
peso.
- No comer distraídamente: es muy común sentarse a comer
enfrente del televisor, leyendo, repasando asuntos pendientes… E incluso,
parados y al lado del refrigerador. Procura sentarte a la mesa para dedicar
atención al momento de la comida y poder controlar lo que ingieres.
- No comer rápido: si masticas despacio, le darás tiempo a tu
cerebro a enviar las señales de saciedad. Corta los alimentos en
piezas pequeñas y siempre utiliza cubiertos (no comas con las manos). Un truco
para comer más despacio es no pinchar un trozo nuevo con el tenedor hasta que
no hayas terminado de masticar el bocado anterior.
- Controlar las compras: a la hora de ir al supermercado,
confecciona una lista de todo lo necesario para evitar hacer compras
compulsivas. De lo contrario, tenderás a llenar el refrigerador con alimentos
muy calóricos o poco saludables. También debes evitar ir a comprar con niños,
porque estos suelen demandar frituras y golosinas.
- Elegir snacks en porciones chicas: cuando vayas a comprar y
te tientes con un snack o refresco, compra el envase de menor tamaño
disponible. Así te asegurarás de no consumirlos en exceso.
- Planificar las comidas: adhiriéndote a un menú programado con
anticipación, podrás ordenar y controlar mejor tu alimentación.
- Hacer estrategias para no comer de más: las reuniones sociales
o los ataques de ansiedad son situaciones que pueden llevarte a consumir más
comida de la necesaria. Intenta repetir en tu mente las normas que deberías
seguir para no descontrolarte en esas ocasiones. Ten una actitud de
responsabilidad para con tu cuerpo y mantén fuerte la voluntad.
- Distraerse con otras actividades: cada vez que sientas la
necesidad imperiosa de picotear, sal a caminar, cepíllate los dientes, llama
por teléfono a un amigo, mira una película… Disfruta haciendo cualquier otra
actividad que no sea comer, para alejarte de las ingestas fuera de horario.
Incluso se recomienda a las personas que buscan bajar de peso, salir de casa
practicando un hobby o tomando un curso educativo.
Por otra parte, si has notado que para ti la comida es una
especie de descarga emocional, te recomendamos acudir a un profesional.
Psicólogos y nutricionistas pueden ayudarte para que alimentarte no sea un
problema y no termines asociando el estrés con la comida. Y siempre recuerda
-cuando te ofrezcan comida que sabes que no te hará bien- tienes el poder
de decir “no”, con educación pero también firmeza.