Lo que le funciona a una persona tal vez no es lo que le llegue a funcionar a otra. Todos somos diferentes.

Las formas que le sirven a cierta persona a adelgazar no necesariamente le sirven a otra persona a adelgazar porque nuestros cuerpos funcionan de forma diferente debido a nuestros diferentes metabolismos.

Cuando nos vemos en una situación en la que debemos hacer algún cambio, muchas personas prefieren hacer un cambio radical (como dejar de fumar de un día para el otro) y otros prefieren los cambios a más largo plazo (en vez de fumar diez cigarrillos al día, empiezan una semana fumando nueve, la otra semana ocho y así sucesivamente).

En mi humilde opinión, la segunda forma funciona más a largo plazo porque al ir haciendo cambios de a poco, estamos generando nuevos hábitos en nuestros cuerpos y en nuestras mentes, lo que hace que los mantengamos por más tiempo.

Aunque también hay personas a las que le funciona perfectamente la primera forma de hacer las cosas. Depende completamente de la personalidad y los hábitos que tenga la persona.

En este artículo te contaremos como adelgazar de forma lenta, haciendo cambios en tu dieta poco a poco con el fin de lograr un cambio radical en la forma en que comes y en la forma en que te relacionas con la comida.

Cada paso que te enseñaremos lo puedes incorporando a tu estilo de vida cada semana, cada dos semanas, cada mes, como te sea más cómodo. También, puede ser que te sea más difícil cambiar un hábito que otro entonces te demores dos semanas en un paso y una semana en otro.

Cada paso genera un efecto poderoso e inmediato, por lo que vas a empezar a ver cambios en tu cuerpo inmediatamente. Cuando termines con esto te vas a dar cuenta que has bajado de peso y has mejorado tu salud tanto física como mentalmente. 

Aquí te presento 5 pequeños pasos hacia una nutrición óptima. 

Come más proteínas en tus comidas para mejorar y aumentar tu metabolismo y reducir tu apetito de forma que sean más fáciles de manejar los otros cambios que vas a empezar a hacer en tu dieta.

Antes de eliminar tipos de alimentos en tu dieta, vamos a añadir elementos en tu dieta. 

Al aumentar el ritmo de tu metabolismo, lo que estás haciendo es aumentando la cantidad de calorías que quemas mientras estás descansando, no cuando estás haciendo ejercicio.

Otra buena característica de la proteína es que reduce el apetito como ya habíamos mencionado, ayudándote a que no comas más calorías de otros alimentos.

No solamente esto, sino que la proteína tiene otros aspectos que ayudan a que mejores tu salud, como aumento de la masa muscular, te ayuda a que tengas los huesos más fuertes, disminuyas tu presión sanguínea y te previene contra la anemia.

Buenas fuentes de proteína son, entre otros, la carne magra (es decir, carne sin grasa), pollo (idealmente sin grasa ni piel), pescado y alimentos de mar como los langostinos, camarones, etc, huevos, y leche (fuente de proteína Y calcio). También tienes las fuentes vegetales de proteína como las lentejas, los frijoles, el tofu y los porotos.

Una forma que tienes de asegurarte que estés comiendo la suficiente proteína es que comas proteínas en cada una de tus comidas.

Esta es una de las formas más fáciles y más deliciosas de aumentar tu metabolismo, mejorar tu dieta, reducir tu apetito y mejorar tu salud. Además, hará que los otros cambios sean más fáciles. 

Con hacer este simple cambio estás haciéndole a tu cuerpo y a tu salud un gran favor a largo plazo. Debes tratar de eliminar de tu dieta las grasas trans completamente.

Para hacerlo puedes leer las etiquetas de los productos que compras. Si en algún lado dice “hidrogenado” o “parcialmente hidrogenado” evítalo. Compra otra cosa. 

Cambia estos aceites y el aceite vegetal, el cual tampoco es ideal, por grasas o aceites que sean saturados o monosaturados. Ejemplos de este tipo de aceites son: aceite de coco, aceite de oliva, aceite de aguacate o reemplaza la manteca por aguacate (sirve para algunas recetas).

También puedes comer nueces, las cuales son excelente fuente de grasa saludable. 

Este paso consiste en cambiar la forma en la que comes una de las tres comidas del día: el desayuno.

Lo peor que le puedes hacer a tu cuerpo y a tu salud es comer cereal o un bagel o croissant por la mañana.

La mayoría de los cereales que encuentras en el supermercado están llenos de azúcar y de químicos, haciendo que aumente el nivel de azúcar en la sangre, lo que hace que tengas antojos de azúcar unas horas después del desayuno o durante todo el día.

Lo que decían las abuelas es cierto: el desayuno es la comida más importante del día y debes poner especial atención a la misma para que tu cuerpo funcione bien todo el día.

En vez de esto, come huevos en el desayuno. Los huevos son perfectos para el desayuno porque tienen alto contenido de proteína, grasas saludables y muchos otros nutrientes.

Esto va a hacer que te sientas mucho más llena por más tiempo, no te va a hacer dar antojos de alimentos con alto contenido calórico y azúcar y vas a comer menos en el día.

El ejercicio es una de las cosas más importantes que puedes hacer por tu salud tanto física como mental, además de que te ayuda a prevenir una cantidad innumerable de enfermedades.

Aunque haciendo ejercicio no estés perdiendo peso, puedes estar quemando grasa e intercambiando ese espacio por musculo.

El ejercicio básicamente te protege de casi todas las enfermedades de nuestra vida moderna. Además, es muy beneficioso para el ánimo, ayuda contra el estrés y contra la depresión, la cual es un problema muy común en nuestro mundo contemporáneo.

Lo más importante en cuanto al ejercicio es encontrar algo que disfrutes hacer y te mantengas en eso, es decir, que tengas continuidad a largo plazo, de forma que puedas acomodarlo a los cambios en tu dieta que estás haciendo y todo esto te ayude a perder peso y a mantenerte saludable tanto en el corto como en el largo plazo. 

Es malo consumir azúcar. Pero la peor forma en la que puedes llegar a consumir azúcar es en forma líquida.

Hay estudios que demuestran que el cerebro no registra el azúcar consumido de forma líquida de la misma forma que registra el azúcar consumido en forma sólida. De forma que puedes estar consumiendo cientos de calorías a través de una soda que te estás tomando y tu cerebro no se siente “lleno”.

Cuando comes mucho de una comida, tu cerebro y tu cuerpo se balancean de forma que comas menos de otro tipo de comidas. Con el azúcar líquido no pasa esto. De esta forma comes muchas más calorías en un día que lo que consumirías en un día que no estés tomando azúcar liquida.

Ten en cuenta que el azúcar liquida la puedes encontrar tanto en las sodas gasificadas como en los jugos empacados. Para cerciorarte, lee las etiquetas de los productos que compras y consumes.