¿Es beneficioso incluir grasas en la dieta o no? Existe mucha controversia en torno al tema; pero en lo que la mayor parte de las personas parecen estar de acuerdo, es que consumir aceite de oliva extra virgen es bueno para la salud. 

Como parte de la dieta mediterránea, es un elemento tradicional que ha constituido la base de la alimentación para muchas de las poblaciones más saludables del planeta.

Diversas investigaciones han demostrado que este producto aporta grandes ventajas al organismo. Conozcámoslo un poco más.

El aceite de oliva proviene de la prensa de aceitunas. No obstante, muchas fábricas no lo comercializan puro sino que lo diluyen con aceites más baratos (de canola o soya) o lo llenan de químicos. 

Por eso es importante fijarse bien en la etiqueta del envase y elegir la variedad más adecuada, que se denomina “extra virgen”. Este es elaborado con método naturales y cuenta con certificaciones de calidad.

Si el aceite es extra virgen, tiene mejor olor y sabor; pero lo más importante es que contiene mayor cantidad de antioxidantes. Debes comprarlo en una tienda con buena reputación para evitar que te vendan un producto adulterado y disfrutar de todos los nutrientes que aporta el verdadero aceite de oliva. 100 gramos contienen 9,7% de Omega 6, más del 70% de la Dosis Diaria Recomendada de vitaminas E y K, y antioxidantes que previenen el colesterol y otras anomalías.

• Es un antiinflamatorio natural: el ácido oleico del aceite reduce inflamaciones. La inflamación crónica conduce al desarrollo de enfermedades serias como cáncer, síndrome metabólico, diabetes, mal de Alzheimer, artritis y deficiencias cardíacas. Otro poderoso antioxidante del aceite (oleocantal) trabaja como el ibuprofeno (medicamentos como el motrin y advil), con una poderosa acción antiinflamatoria. 50 mililitros de aceite de oliva producen el mismo efecto de una pastilla contra el dolor.
  
  
• Previene ataques cardiovasculares: los ataques fulminantes y las deficiencias cardíacas en general son la principal causa de muerte en el mundo. Ciertas investigaciones han encontrado que el índice de fallecimiento por estos problemas de salud son más bajos en los países del Mediterráneo. Es posible que la dieta mediterránea sea efectiva para reducir los riesgos de ataques al corazón.
  
  
• Baja el colesterol: el aceite de oliva protege las partículas de colesterol LDL de la oxidación, proceso que a la larga conduce a los ataques cardíacos, ademas ayuda a incrementar los niveles de colesterol bueno o HDL. Además mejora la función del endotelio -que está ligado a los vasos sanguíneos- y previene la coagulación de la sangre.
  
  
• Reduce la presión arterial: un estudio con pacientes hipertensos demostró que el aceite de oliva contribuye a reducir la presión sanguínea y reduce un 48% la necesidad de medicamentos para esta anomalía.
  
  
• Previene el cáncer: algunos relevamientos han indicado que la población del área mediterránea tiene menos riesgo de cáncer. Es posible que los antioxidantes del aceite de oliva reduzcan la oxidación de los radicales libres, que a la larga lleva a desarrollar cáncer. Incluso, el ácido oleico es muy resistente a la oxidación y aporta beneficios a los genes relacionados con la enfermedad.
  
  
• Previene el mal de Alzheimer: una de las características de esta enfermedad neurodegenerativa es la construcción de ovillos de proteínas alrededor de ciertas neuronas en el cerebro. Un estudio hecho con ratas mostró que el aceite de oliva ayuda a remover estas placas del área cerebral. Pero además, se ha demostrado que la dieta mediterránea con aceite reduce el riesgo de incapacidad cognitiva.

Es muy recomendable consumir el aceite de oliva en frío, como componente de aderezos y saborizante de platillos. Aunque algunos expertos sugieren que también se puede utilizar para cocinar, pues las grasas monoinsaturadas son resistentes a la oxidación por altas temperaturas. 

En una investigación, un grupo de expertos calentó aceite de oliva extra virgen hasta 180° C y el producto no se arruinó. 

Intenta incorporar este súper-alimento de diversas maneras en tu alimentación cotidiana, sobre todo si tienes riesgo de sufrir enfermedades cardíacas por tu historial familiar o estilo de vida.