No existe una sola forma de alimentación para pacientes con diabetes; sin embargo, si padeces esta condición debes controlar cuidadosamente la cantidad de carbohidratos que consumes, porque son los nutrientes que más influencia tienen en los niveles de azúcar en sangre. También es necesario que comas alimentos sanos, hagas ejercicio con regularidad y tomes la medicación prescrita por tu médico.

Tomar alcohol con discreción: la mayor parte de las bebidas preparadas y los vinos contienen azúcar. Además, el cuerpo procesa el alcohol de la misma manera que la grasa y aporta muchas calorías. Trata de tomar bebidas alcohólicas solo en forma ocasional y siempre que tengas la glucosa controlada.

Elegir comidas con bajo índice glucémico: los alimentos que entran en esta clasificación tienen menos incidencia en la subida de glucosa en la sangre y evitan ganar peso. Consulta con un nutricionista para saber qué comidas elegir para reducir el impacto en el azúcar en sangre. También debes tratar de limitarte con las calorías para mantener un peso saludable.

Consumir una gran variedad de alimentos: un plato lleno de color es una fórmula simple para asegurarte de estar incluyendo todos los nutrientes necesarios en tu dieta. Elige frutas, vegetales, carnes magras, frutos secos, lácteos, granos y cereales.

Incorporar fibras: las frutas y los cereales y granos integrales son ricos en nutrientes esenciales pero sobre todo en fibra, que ayuda a los pacientes con diabetes a bajar sus niveles de colesterol LDL y azúcar en sangre. Debes incluir entre 25 y 35 gramos diarios de fibra.

Medir las porciones: un exceso de calorías redunda en un exceso de peso; en personas con diabetes tipo II, la obesidad puede provocar insensibilidad a la insulina. Por el contrario, los pacientes que consiguen bajar kilos reducen el porcentaje de glucosa en sangre y disminuyen el riesgo de sufrir ataques cardíacos. Un nutricionista debe determinar el tamaño de tus porciones dependiendo de tu peso y nivel de azúcar.

Hacer frecuentes ingestas: es importante tomar varias comidas y colaciones a lo largo del día y no saltarse las ingestas. Quienes toman medicamentos para la diabetes, deben hacerlo junto con la comida.

Restringir los alimentos con colesterol: algunos pacientes con diabetes presentan niveles demasiado altos de colesterol, y por eso deben seguir una dieta especial, orientada a reducir el consumo de alimentos que pueden aumentarlo. Para estos casos, la cantidad no debe superar los 200 miligramos por día; asimismo, las grasas saturadas no pueden representar más del 7% del total de calorías consumidas.

Siempre se dijo que los diabéticos debían evitar comer azúcar a toda costa. No obstante, actualmente la mayor parte de los nutricionistas permiten incorporar pequeñas cantidades, siempre que formen parte de un plan de alimentación equilibrado. El azúcar de mesa no eleva la glucosa mucho más que los almidones que contienen varios alimentos procesados que consumimos.

Cuando vayas a comer azúcar, trata de leer primero la información nutricional del envase para saber qué porcentaje de hidratos de carbono aporta ese alimento. Una buena estrategia para no excederte es sustituir los tipos de almidones: por ejemplo, si comes unas galletas o una porción de torta, procura no comer patatas ni pasta durante el resto de ese día.

También es importante que ajustes la dosis de insulina para que el azúcar extra no cause desequilibrios a tu organismo. Para un mayor control, intenta corroborar tu nivel de glucosa en sangre después de comer. Siempre debes incorporar este alimento con moderación, pues suele venir incluido en comidas con mucha grasa, que hacen engordar.

Una medida eficaz puede ser utilizar endulzantes artificiales, que no aportan hidratos de carbono extras y reducen las calorías que consumes. Eso sí, debes tener en cuenta que muchos productos elaborados con edulcorantes tienen en sí mismos carbohidratos, y estos inciden en la glucosa. Así, tienes que leer la información nutricional para determinar el porcentaje por porción.

¿Qué endulzantes puedes consumir? Aspartamo, sucralosa, sacarina y otros edulcorantes no nutritivos. Es importante consultar con el médico antes de elegir cualquier tipo de endulzante artificial, pues algunas de estas sustancias no pueden ser incorporadas por personas con determinadas condiciones de salud y mujeres embarazadas.