Reducir el consumo de bebidas gaseosas azucaradas puede mejorar el estado de tu organismo y disminuir el riesgo de padecer diversas enfermedades. 

Veamos qué sucede en tu cuerpo cuando bebes en demasía esta clase de productos. Informándote adecuadamente puedes estar mucho más consciente de tu alimentación y tu salud.

• Pérdida de masa ósea: en parte, los huesos están compuestos de fósforo; el ácido de las gaseosas hace que elimines este mineral por medio de la orina y así te descalcifiques lentamente, lo que puede llevar a la osteoporosis.
  
  
• Anomalías hormonales: ¿sabías que la resina sintética de los refrescos también está en diversos plásticos asociados con el desarrollo de cáncer? Esta resina altera el funcionamiento de las hormonas, provocando problemas de fertilidad y desarrollo prematuro en los niños.
  
  
• Diabetes y deficiencias cardíacas: el endulzante típico de las bebidas gaseosas –el jarabe de maíz de alta fructosa- provoca alteraciones en el metabolismo, diabetes y enfermedades cardiovasculares.
  
  
• Caries: debido a que los componentes de los refrescos erosionan el esmalte natural de los dientes, bebiendo mucha gaseosa te vuelves proclive a las caries e incluso a terminar perdiendo piezas dentales.
  
  
• Sobrepeso: las mediciones ratifican lo que todo el mundo sabe, que tomar refrescos en exceso provoca obesidad. Con cada porción de gaseosa que incorporas, aumenta más de 1,5% tus probabilidades de sufrir sobrepeso. Y debes recordar que tener kilos de más puede llevarte a padecer otros problemas de salud aún más severos.
  
  
• Deficiencias renales: el gran porcentaje de ácido fosfórico que contiene este tipo de bebidas causa crecimiento de piedras en los riñones.
  
  
• Asma: uno de los conservantes que se emplean a menudo en las gaseosas es el benzoato de sodio. Este elemento, a la vez que aumenta la proporción de sodio en el organismo, reduce las reservas de potasio. El mal balance puede llevar a padecer asma y diversas erupciones cutáneas.
  
  
• Picos de azúcar en sangre: cuando incorporas una gaseosa aumentas tus niveles de azúcar en sangre, por lo que el organismo genera insulina; entonces, el hígado transforma los azúcares en lípidos. Poco después de beber sube la presión arterial con la cafeína y el cuerpo segrega más azúcar todavía en respuesta.

Fuente: Puebla Sana