El cáncer de mama es el más
diagnosticado a nivel mundial y es la segunda causa de muerte por cáncer entre
las mujeres.
Factores genéticos y
ambientales pueden verse involucrados en su origen, sin embargo, el riesgo
genético representa únicamente entre el 5 y 10% de todos los casos de cáncer de
mama, sugiriendo un rol importante de
los factores externos en el desarrollo
de esta enfermedad, los cuales son altamente modificables; es decir que muchas
veces podemos prevenir esta enfermedad llevando un estilo de vida saludable.
Las investigaciones
demuestran que las mujeres en edad post-menopaúsica” que presentan sobrepeso u
obesidad tienen un mayor riesgo de ser diagnosticadas con cáncer de mama. En un estudio realizado a mujeres con cáncer
de mama publicado por la revista Nutrición
Hospitalaria, se encontró que el 80% de éstas eran sedentarias, 67%
presentaba sobrepeso u obesidad, 89% consumía una dieta alta en calorías y el
50% no había practicado la lactancia materna por más de 6 meses.
Por otra
parte, las investigaciones de expertos de “The World Cancer Research Fund”,
concuerdan en que aproximadamente un tercio de los cánceres más comunes pueden ser prevenidos realizando una dieta
saludable, actividad física y
manteniendo un peso saludable.
El fin de la alimentación
para prevenir y tratar el cáncer de mama,
debe ser mejorar el sistema inmunológico, desintoxicar
el organismo y mantener el equilibrio hormonal.
Es por esto que te sugerimos seguir estos Tips:
- Come entre 7 y 9
porciones diarias de verduras o frutas
frescas, preferentemente crudas y de
todas las variedades, ya que son ricas en antioxidantes que ayudan a combatir
las células cancerígenas.
- Incrementa el
consumo de verduras de la familia de las crucíferas
como Brócoli, coliflor, col de Bruselas, col y nabos, ya que contienen una
sustancia llamada índole-3 carbinol, la cual reduce sustancias estrogénicas que
promueven el cáncer de mama.
- Los alimentos altos
en carotenos, como betabel,
zanahoria, cítricos y pimientos, tiene un efecto antioxidante, además de que
mejoran el sistema inmune y reducen la inflamación.
- Los polifenoles
contenidos en el té verde se han
asociado a menor riesgo de cáncer.
- Se ha visto que
los flavonoides inhiben el
crecimiento de las células cancerígenas, éstos se encuentran en el cardo
lechoso, el cacao, la alcachofa, jitomate, arándanos, ciruelas, frambuesas,
moras y frutos secos, entre otros.
- El omega 3 de fuentes marinas, rico en
DHA, es una grasa que se encuentra en pescados de agua fría como salmón, atún,
trucha y sardinas, y se ha asociado a un menor riesgo de cáncer de mama entre
otros múltiples beneficios para el organismo.
- Las leguminosas y semillas germinadas como
el germen de brócoli, contienen grandes cantidades de glucosinolato de sulforafano, una sustancia que se ha visto
que bloquea la formación de tumores mamarios.
- Otros estudios
científicos han encontrado que una dieta alta en fibra reduce el riesgo de cáncer de mama. Una buena fuente de fibra
se encuentra en cereales integrales y otros granos enteros, avena, leguminosas,
salvado de trigo, frutas y verduras frescas y crudas.
- Los estudios demuestran que
el consumo diario de ajo y cebolla
por ser ricos en compuestos azufrados,
ofrecen beneficios de protección contra el cáncer, ya que inhiben la formación
de tumores cancerígenos.
- Muchos tipos de hongos han demostrado tener un efecto
anti cancerígeno por medio de la inhibición de la formación de estrógenos.
- Bebe agua simple, al menos 8 vasos
diariamente, para ayudar a eliminar toxinas y mantener el organismo hidratado.
Recomendaciones dietéticas para mejorar
la alimentación y estado de todo paciente con cáncer:
- El gingseng
ayuda al organismo a reponerse de la quimioterapia y radioterapia más
rápidamente, estudios demuestran que es efectivo para reducir la sensación de
cansancio en pacientes con cáncer.
- El cáncer es una enfermedad que provoca desnutrición y aumenta enormemente la
necesidad de calorías y proteínas, por lo tanto se deben consumir alimentos saludables y calóricos
como nueces, semillas, fruta seca, ate, miel, jugos de fruta natural, huevo,
pollo, aceite de oliva, licuados de fruta natural.
- Realizar
entre 5-6 comidas pequeñas al día para mejorar la tolerancia a la dieta.
- Cuidar
la presentación de los alimentos, que el paciente se sienta motivado a comer en
un ambiente agradable.
- Mantener
una higiene bucal adecuada después de consumir alimentos.
- Evitar
las comidas con sabores y olores fuertes.
- Evitar
irritantes como café, grasas y alimentos que produzcan gases.
- Adapta
la textura y consistencia de los alimentos a la situación de cada paciente. Preferir
hervidos, al vapor, purés, los alimentos fríos (en smoothie, frappuccinos)
ayudan a mejorar la tolerancia.
- Se
aconseja beber entre comidas para asegurar una buena hidratación. La limonada
alcalina evitará las pérdidas de electrolitos.
Por: Nut. Jessica Peña. Salud 360º / Corporate & Personal Wellnes
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