Ingerir azúcar por encima de lo recomendado, puede ser una fuente de muchos problemas de salud.

Entre estos, podemos mencionar enfermedades o síndromes tales como hipertensión arterial, diabetes, acné, obesidad, continuos dolores de cabeza, fatiga, hipoglucemias o depresión.

Además, según trabajos publicados en Forbes.com, el azúcar se puede convertir en un alimento adictivo, del que siempre querremos consumir más.

También puede ocasionar (probablemente por lo mencionado líneas arriba), irritabilidad y tensión nerviosa.

La media de consumo de azúcar en el estadounidense medio está en torno a los 1500 gramos (1,5 Kg.) a la semana, y cerca de 60 kilos al año.

Lo que representa un consumo en toda la vida de una persona, de forma promediada, de 1610 kilogramos. 

Algo verdaderamente excesivo, si tenemos en cuenta que estas cantidades significan una ingesta diaria de 500 calorías por encima de las necesarias, que pueden aumentar el peso de una persona en unos 500 gramos a la semana.

Aunque el azúcar proporciona un sabor delicioso a muchos alimentos tanto sólidos como líquidos, y también se usa químicamente para prolongar la vida útil de los alimentos procesados, los efectos que provocan en la salud, no son en absoluto muy dulces que digamos.

Es uno de los aditivos alimentarios más usados, sólo por debajo de la sal, y el nivel de su consumo está 10 veces por encima del aconsejado, según informa Forbes.com.

Sin entrar en más detalles, este dato es lo suficientemente significativo.

En informes presentados por el Instituto de Medicina en la Academia Nacional de Ciencias, este organismo informa que el consumo de azúcar no debe representar más del 25% de la calorías que diariamente se consumen.

Lo que quiere decir: que si consumimos, por ejemplo, 2000 calorías diarias, no podemos sobrepasar las 500 calorías, es decir, 125 gramos de azúcar (en un gramo de azúcar hay 4 calorías).

Este organismo difiere con respecto a los anteriores en los límites máximos de azúcar que está “permitido” consumir, y hace una diferenciación entre hombres y mujeres: 

Para los primeros, el límite máximo está en las 9 cucharaditas diarias, es decir, 150 calorías, y las mujeres, no deben sobrepasar las 6 cucharaditas diarias, es decir, las 100 calorías.

Esta cantidad toma en cuenta el azúcar añadido a muchos productos.

Para que nos hagamos una idea, según los datos estadísticos presentados, el estadounidense medio consume 22 cucharaditas diarias de promedio.

Estos datos son extrapolables a las poblaciones del primer mundo, y dan una idea del porqué de muchos de los males que en estas sociedades se están convirtiendo en endémicos.

Por lo que se podrían solucionar muchos problemas de salud si nos atuviésemos a estas recomendaciones.