La vitamina E es una vitamina liposoluble también conocida como tocoferol o vitamina restauradora de la fertilidad, agrupa una serie de moléculas muy similares entre sí, entre las que destacan, los tocoferoles y los tocotrienoles. El más potente es el α-tocoferol y la ingesta de vitamina E se expresa como mg equivalentes de α-tocoferol.
La vitamina E se encuentra principalmente en alimentos de origen vegetal y de hojas verdes: brócoli, espinacas, soja, el germen de trigo, levadura de cerveza, cereales integrales, semillas, frutos secos y fundamentalmente en los aceites vegetales. En cuanto a los alimentos de origen animal, las yemas de huevo y los pescados son una fuente muy rica de vitamina E.
- Aceite de Girasol (50-62 mg/100g)
- Aceite de nueces (39 mg/100 g)
- Aceite de sésamo (28 mg/100 g)
- Avellanas (27 mg/ 100 g)
- Aceite de soja (17-25 mg/100 g)
- Nueces (25 mg/100 g)
- Almendras (25 mg/100 g)
- Aceite de Palma (25 mg/100 g)
- Margarina (14 mg/100 g)
- Aceite de Oliva (12 mg/100 g)
- Escorzonera (6 mg/100 g)
El papel principal de la vitamina E es actuar como
antioxidante captador de radicales libres en las células y la sangre (elementos que aceleran el envejecimiento y deterioro celular), los cuales son generados por la oxidación de las grasas, contaminación ambiental, el humo del tabaco y los pesticidas.
Asimismo, tienen otras funciones como:
- Evitar la destrucción de las vitaminas A y C, y del mineral selenio.
- Aliviar la fatiga.
- Prevenir y disolver coágulos sanguíneos.
- Proteger a los pulmones de la contaminación.
- Proporcionar oxígeno al organismo.
- Fortalecer al sistema inmunológico
- Retardar el envejecimiento.
- Acelerar la curación de quemaduras.
- Prevenir abortos espontáneos y calambres en piernas.
- Permitir que las funciones metabólicas de hígado y tejido muscular se realicen adecuadamente.
Por su alto poder antioxidante veremos que tiene un amplio uso en la cosmética, su alta capacidad de incrementar el flujo sanguíneo, oxigenar y regenerar los tejidos, aporta elasticidad y reduce la formación de arrugas.
Su uso también ha sido extendido a los shampoos, acondicionadores y productos de tratamiento porque ayuda a combatir los radicales libres que dañan la estructura capilar, evitando que el cabello se rompa y caiga.