Hacer ejercicio aeróbico: mientras más tiempo hagas y más vigoroso sea, más calorías quemarás. Simplemente, haciendo una caminata bien energética todos los días activarás tu metabolismo. Es interesante tener en cuenta que no sólo consumes energía mientras haces gimnasia sino después, porque el ejercicio acelera tu capacidad de quemar calorías aún en reposo.

Según los expertos, con una dosis de entrenamiento aeróbico el metabolismo se eleva por al menos un día entero. Y mientras más prolongues el tiempo que haces ejercicio, más aumentarás el rango de tu metabolismo.

Hacer entrenamiento de fuerza: este tipo de gimnasia construye masa muscular; y el tejido del músculo quema más calorías (incluso en reposo) que el tejido graso. Según los cálculos de los expertos, 4.5 kilos de músculo queman 50 calorías en 24 horas, mientras que 4.5 kilos de grasa queman solo 20 en el mismo periodo de tiempo.
Es importante destacar que el entrenamiento de fuerza es esencial a medida que pasan los años, cuando el metabolismo tiende a ralentizarse.

Beber té negro o té verde con cafeína: la cafeína estimula tu organismo para que quemes más calorías. Las bebidas con cafeína te dan sensación de energía a corto plazo, llevándote a moverte más. Además, diversas investigaciones sugieren que 250 miligramos de cafeína consumida con la comida puede llevar a gastar un 10% más de calorías consumidas.

Más allá de la cafeína, el té verde contiene en sí mismo propiedades que permiten la quema de grasa. Incluso –según la Revista Americana de Nutrición Clínica- el extracto del té interfiere en la absorción de los carbohidratos por parte del organismo, haciendo que engordemos menos.

Tomar frecuentes comidas: cada vez que ingieres un alimento se activa tu sistema digestivo, y esto demanda a tu cuerpo un gasto extra de calorías. Así, mientras más veces lo estimulas a lo largo del día, más energía quemarás.

No saltarse el desayuno: frecuentes estudios han demostrado una fuerte conexión entre la costumbre de saltarse el desayuno y el aumento de peso y del IMC. Parece que las personas que no toman esta comida, tienden a ingerir muchas más calorías en el resto del día. 

Consumir lácteos descremados: un estudio danés descubrió que consumir calcio proveniente de lácteos descremados, disminuye la absorción de grasa de las comidas por parte del organismo. Además, los expertos sugieren que incluir alimentos ricos en calcio disminuye la grasa abdominal, sobre todo en hombres jóvenes.

Beber suficiente agua: ¿sabías que tomar 2 litros de agua por día te ayuda a quemar alrededor de 100 calorías extra? Por otra parte, los líquidos contribuyen a la digestión, haciendo que el cuerpo logre mantener el equilibrio y excrete fácilmente los elementos que no necesita. Tomar mucha agua es la clave para tener sanos los intestinos.

Menearse: cualquier tipo de movimiento requiere energía. Muchos estudios sugieren que es posible quemar calorías adicionales sólo meneándose. Esta clase de movimiento informal puede resultar útil, por ejemplo, para personas obesas que se agitan demasiado haciendo deporte.