La mayor parte de las personas sedentarias o con kilos de más argumentan que no disponen de tiempo para hacer ejercicio. Sin embargo, no se trata de tener tiempo sino de hacérselo. Debes comenzar a pensar en tu salud y en tu figura como las dos prioridades de tu día. Aquí, un par de consejos para adelgazar integralmente, llevando un estilo de vida saludable, más allá de cómo esté tu agenda hoy.

La gran ventaja de estos tips es que puedes ir incorporándolos a tu vida cotidiana de manera gradual. Agrega unos pocos al mismo tiempo o, tan solo, uno nuevo cada semana. La clave está en comenzar haciendo pequeños cambios diariamente… y en poco tiempo, te sorprenderás con los resultados. 

• Agrega entrenamiento de fuerza a tu rutina: no importa que entrenes poco, por ejemplo, un grupo muscular cada día con 3 ejercicios distintos y 15 repeticiones; igualmente obtendrás beneficios. Puedes enfocarte en una parte de tu cuerpo cada día, dividiendo el entrenamiento en la semana. Pero no dejes de hacer ejercicios de fuerza, pues mientras más masa muscular tengas, más calorías quemarás aún en reposo.
  
  
• Piensa en ti: las situaciones de estrés te distraen hacia mil asuntos e impiden que cuides de ti misma. Si te olvidas de ti misma y te ocupas solamente de problemas externos, terminarás creando más complicaciones de las que logras resolver. Trata de descubrir tus necesidades y haz, cada día, algo por tu salud, aunque solo sea media hora.
  
  
• Elige variedad y frescura en tus comidas: mientras menos comida empacada o con etiquetas consumas, mejor. Reemplaza los productos procesados por frutas y verduras frescas de todos los colores, para garantizarte una buena nutrición.
  
  
• Disfruta el momento de sentarte a la mesa: comer lentamente te aleja de los atracones. Trata de apagar el televisor mientras comes, presta atención a cada bocado e intenta ser consciente de estar comiendo por hambre y no por ansiedad o simple sed. Los bocados pequeños, masticados apropiadamente, contribuirán a saciarte antes; haz del momento de la comida un espacio para conectarte con tus pensamientos y emociones.
  
  
• Plantéate metas: pregúntate adónde quieres llegar, qué objetivos quieres alcanzar este año, y qué debes hacer para lograrlo. Sé sincera contigo misma para comprobar si estás cumpliendo las metas que te propusiste al comienzo del año; y si estás fuera del camino, pregúntate si es posible volver a él.
  
  
• Diseña una rutina simple para adherirte a ella: muchas personas comienzan un plan de adelgazamiento, lo interrumpen y luego vuelven a comenzar. Este comportamiento es un auto-sabotaje que ocurre cuando las contingencias de la vida interfieren con nuestra rutina ideal, impidiéndonos continuarla. El problema es que así pierdes confianza en poder alcanzar tus metas y nunca ves progresos reales.
  
  Lo mejor es comprometerte con algún objetivo que sea posible alcanzar a corto plazo; si empiezas con mucha ambición, tendrás problemas para cumplir esa rutina. Por ejemplo, comienza con 2 sesiones de entrenamiento por semana hasta completar un mes. O al menos, comprométete con hacer ejercicio 15 minutos todos los días, si por el momento es lo único que te sientes capaz de hacer. Una vez que empieces a notar los progresos, ganarás confianza para mejorar tu plan.

• Crea reglas adaptadas a ti: a menudo, quienes pierden kilos y logran mantener un peso saludable son aquellos que han creado normas personalizadas, adecuadas a sus necesidades. Plantéate qué malos hábitos tienes y debes dejar, qué snacks debes reemplazar por comidas más sanas, cuántos vasos de agua bebes por día y qué tan seguido piensas entrenar.
  
  
• Disfruta de tus logros: ¿cómo te sentirías si lograras completar una intensa sesión de gimnasia, correr una carrera larga, terminar de bajar los kilos que querías o probar una nueva clase de aeróbics? Seguramente, como una verdadera ganadora. Si te sientes satisfecha contigo misma por haber logrado pequeños éxitos, tendrás el estímulo suficiente para seguir y hasta plantearte objetivos mayores.
  
  
• No intentes ser perfecta: no crees una visión idealizada de la realidad, porque nunca podrás alcanzar esas metas que no son verdaderas. Además, tampoco tendrás una imagen saludable de ti misma. En vez de tratar de ser perfecta, concéntrate en obtener todos los beneficios que tu nueva rutina puede darte: más energía, buen humor, un sistema inmune fortalecido y en suma, más vida bien vivida.