Para algunas personas comer saludablemente es simplemente imposible. Por más que intenten seguir una dieta o dejar de comer algún alimento que saben que no deben comer, lo siguen comiendo o no pueden seguir la dieta por más de un corto período de tiempo.

Pareciera que les falta voluntad para hacerlo o que fueran perezosos. Pero la verdad es mucho más profunda.

La incapacidad de comer cantidades enormes de comida sin poder parar sabiendo que les está causando daño va más allá de la voluntad.

La realidad es que los químicos que contienen ciertos alimentos pueden llevar a generar una adicción en el organismo.

La adicción a la comida es como cualquier otra adicción, como la adicción a las drogas o al alcohol, y ésta lleva a que algunas personas no se puedan controlar cuando tienen en frente cierta comida, no importa que tanto traten de hacerlo. 

La adicción a la comida es un concepto relativamente nuevo, por lo que tiende a ser controversial y no se tienen estudios ni estadísticas explícitas para entenderlo en su totalidad.

Involucra las mismas áreas del cerebro que afectan a los drogadictos, exactamente los mismos neurotransmisores, y casi todos los síntomas son iguales.

La adicción a la comida es la adicción a la comida chatarra de la misma forma que una persona es adicta a cualquier tipo de drogas o alcohol.

La adicción a la comida es muy similar a otros desordenes alimenticios como la anorexia, la bulimia, comer hasta el hastío y la situación en la que se tiene una relación enfermiza con la comida (“comes cierto tipo de alimentos, especialmente comidas grasosas o dulces, cuando estás aburrida, cuando estás deprimida, etc”).

La adicción a la comida, así como todas las otras adicciones, presenta sus síntomas en cierto tipo de comportamientos, similares en todos los adictos:

1. Después de haber comido comida sana y estar lleno, sientes la necesidad constante de comer cierto alimento.
2. Comes más de lo que tenías planeado cuando decides comer de la comida que tenías antojo.
3. Cuando comes la comida de la que tienes antojo, comes hasta quedar hastiado de la misma.
4. Te sientes culpable después de comer cierta comida que comes pero te das cuenta que después estás volviendo a comerla al rato.
5. A veces te pones excusas a ti mismo en cuanto a porqué está bien comer cierta comida de la que tienes antojo. Te dices, “está bien” o “mañana me empiezo a cuidar” o “solamente como un poquito” y terminas comiendo más de lo que tenías planeado. Y después te sientes culpable. Y vuelve otra vez el ciclo vicioso. 

Primero hay que hacer una aclaración en términos de adicción a la comida. No todas las comidas o alimentos generan una adicción.

La comida chatarra procesada o el azúcar en todas sus formas, tamaños y sabores pueden generar una adicción en el cuerpo. Este tipo de comida tiene un efecto poderoso en la parte del cerebro relacionada con “recompensas” de algún tipo, las partes del cerebro que secretan dopamina. 

La adicción a la comida chatarra o al azúcar no tiene nada que ver con no tener voluntad o auto-control o ser perezoso, tiene que ver con la dopamina, la cual le señala al organismo que “necesita” esta o tal comida y altera de esta manera la química del cerebro y del organismo también. 

Aunque el término “adicción a la comida” se dice de una manera muy superficial y para referirse a situaciones en las que comemos más de la cuenta o cuando de vez en cuando nos da antojo de algo en particular, la realidad es que la adicción a la comida es un problema muy serio y muy grave.

Tanto los síntomas como la forma de pensar de un adicto al crack son los mismos que los que una persona que es adicta a la comida.

La diferencia es que el adicto a la comida no tiene tanto prejuicio social y con la epidemia de obesidad que existe en el mundo occidental en estos días, cada vez es más frecuente ver personas que comen todo el día y ya casi que es una práctica normal.

La adicción a la comida tiene serias consecuencias, especialmente en el cuerpo. Puede llevar a enfermedades crónicas y a enfermedades mortales, como la obesidad, la diabetes, problemas en el corazón, cáncer, artritis, depresión, entre muchísimas otras.

No solamente la adicción a la comida te daña en un futuro, te daña la vida en el presente, destruyendo tu auto-estima, haciendo que odies tu cuerpo, no queriendo salir a la playa o a una piscina por temor a ser visto, te afecta las relaciones personales que tengas, y no te permite concentrarte en cosas más importantes como tu familia, tus amigos, tu carrera, ayudar a los demás, mejorar el mundo…cosas en las que deberías estar gastándote las neuronas, ¡no en que debes comer tal comida YA o sientes que vas a morir!

Lo que puedes hacer para no caer en la tentación y hacer la transición de pasar de ser una persona adicta a la comida a una persona que come con el fin de nutrirse y tener energía, no con el fin de llenar un vacío emocional, es lo siguiente:

• Haz una lista de las comidas que más te da antojo comer. Estas son las comidas que debes eliminar de tu dieta y de tu vida completamente.
• Haz una lista de los lugares que frecuentabas y en donde comprabas las comidas de las cuales eres adicto. Trata de evitar estos lugares. Si tienes en la heladera los números de estos lugares para pedir domicilios, tira esos imanes a la basura. De esta manera no te verás en la tentación de llamar allí cuando tengas hambre y no tengas ganas de cocinar.
• Haz una lista o un menú semanal de las comidas que vas a comer. (Se pueden imprimir menús semanales para cada comida en internet de forma gratis). De esta forma estás planeando nuevos cambios, estás de cierta manera visualizando tu nueva forma de vida.
• Haz varias copias de listas de “a favor” y “en contra” de hacer este nuevo cambio en tu vida. Mantén las copias a la vista en la mayor cantidad de partes en tu apartamento o casa, en la billetera y si puedes en la oficina (si trabajas) de forma que siempre tengas presente el cambio que quieres realizar. Y el POR QUÉ estás haciendo lo que estás haciendo.  
• Es importante que hagas un cambio en tu dieta de forma que comas saludablemente y mantengas ese estilo de vida a largo plazo. Te recomiendo que no hagas una dieta particular, ya que eso es temporal y te llevará a decaer pronto en tus metas. Lo mejor que puedes hacer es cambios, de a poco o radicalmente, que te lleven a alimentarte saludablemente.