En los
últimos años, gran cantidad de personas han comenzado a buscar
otras opciones de origen más natural para endulzar sus alimentos
como alternativas al azúcar de caña común o al jarabe/miel de
maíz.
Una de ellas, que se ha vuelto sumamente popular es el azúcar
procedente del coco (también conocida como “azúcar de palma” o
“azúcar de palma de coco”. Como su propio nombre lo indica, este
producto se deriva de esta planta y se comercializa “vendiendo”
la idea de que se absorbe mejor por el organismo y es más nutritiva
que el azúcar regular.
Se ha hablado mucho sobre el azúcar de coco
recientemente (sobre todo en Internet) y por ello nos gustaría
aclarar algunos puntos al respecto. ¡Comencemos!
Este
endulzante se obtiene a partir de la savia (una especie de líquido
azucarado) que circula por la palmera. Para obtener el producto
final, se realiza un corte en la flor de la palmera cocotera,
recogiendo la savia líquida que sale en recipientes. Posteriormente,
esta savia se somete a altas temperaturas hasta eliminar la mayor
parte del agua por evaporación. El resultado es precisamente el
azúcar de coco, que tiene una apariencia bastante similar a la del
azúcar morena.
Un aspecto
importante que olvidamos mencionar en la pregunta anterior es que el
azúcar de coco contiene una fibra conocida como inulina, que
contribuye a retrasar la absorción de la glucosa en el organismo, y
por lo tanto tiene un menor índice glucémico que el azúcar común.
El índice glucémico (al cual nos referiremos de ahora en adelante
por sus siglas o iniciales IG) es una medida que la rapidez con la
que los alimentos elevan los niveles de azúcar en la sangre. Por
ejemplo, la glucosa pura tiene un IG de 100 y si un alimento tiene un
IG de 50, esto quiere decir que incrementa el azúcar en la sangre en
un 50% con respecto a la glucosa.
El
Departamento de Agricultura de Filipinas, mencionado anteriormente,
realizó unas mediciones del IG del azúcar de coco y las comparó
con la glucosa, encontrando que el valor para el primero es de 35, lo
cual lo coloca en un rango relativamente bajo, mucho más que el
azúcar común, que anda alrededor de 60.
Sin embargo, hay algunos
puntos a considerar con las conclusiones que se puedan obtener con
base en este estudio únicamente:
Los
valores del IG pueden variar mucho de acuerdo con cada individuo, y
este estudio incluyó solamente a 10 personas. De igual manera, el
IG puede sufrir variaciones entre diferentes porciones de alimentos,
esto quiere decir que los productos de otros fabricantes podrían
tener efectos ligeramente diferentes.
- También
hay que tener en cuenta que en este estudio se está comparando al
azúcar de coco con la glucosa directamente, en lugar de hacerlo con
respecto al azúcar de caña (sacarosa). Sería bueno hacer un
análisis tomando como referencia esta última, ya que es
precisamente ella la que se busca sustituir con el azúcar de coco.
Como
conclusión de esta pregunta y desde un punto de vista muy personal,
honestamente no creemos que el azúcar de coco tenga un IG tan bajo
como se afirma. Quizás la inulina (fibra) ayude un poco a retrasar
su absorción, pero lo ideal sería contar con al menos otro estudio
más antes de llegar a una conclusión más definitiva.
Es importante señalar que aunque el azúcar de coco contiene
pequeñas cantidades de los nutrientes mencionados anteriormente, es
posible obtenerlos en mayor proporción a partir de otros alimentos
más auténticos, ya que tendrías que ingerirla de manera exagerada
con el fin de satisfacer tus necesidades de los nutrimentos arriba
mencionados y, al igual que el azúcar común, el de coco es muy alto
en calorías.
Tanto el
azúcar regular como el jarabe de maíz solamente proporcionan
calorías vacías, es decir, desprovistas por completo de cualquier
nutriente esencial (como vitaminas y minerales).
Sin embargo, el
azúcar de coco sí conserva un poco de los nutrientes que se
encuentran en la palmera de donde procede. No hay mucha información
en cuanto a esto, aunque, de acuerdo con el Departamento de
Agricultura de Filipinas (uno de los principales países
productores), el azúcar de coco contiene varios nutrientes, entre
los que podemos mencionar minerales como calcio, potasio, hierro y
zinc, junto con algunas otras sustancias como antioxidantes, ácidos
grasos de cadena corta y polifenoles, que también pueden
proporcionar algunos beneficios para la salud.
Como se
mencionó anteriormente, el azúcar regular es perjudicial tanto por
el hecho de tener un IG elevado así como por tener un alto número
de calorías, pero eso es apenas la parte superficial del problema.
El principal motivo por el que este producto es muy poco saludable,
es que está lleno de otro tipo de componente conocido como
“fructosa”.
El azúcar
común contiene un 50% de fructosa y el otro 50% de glucosa. Sin
embargo, hay un truco aquí, a pesar de que se afirma por todas
partes que el azúcar de coco no contiene fructosa, ¡está
compuesta de sacarosa en un 70 – 80%, y la mitad de esta sacarosa
es fructosa! Es por esto que, gramo por gramo, el azúcar de coco
proporciona casi la misma cantidad de fructosa que el azúcar de
caña.
Es de sobra conocido que cualquier azúcar añadido, cuando se
consume en exceso, ocasiona toda clase de problemas como diabetes,
obesidad, enfermedades cardiovasculares y síndrome metabólico,
entre otros. Sin duda, el azúcar de coco no sería la excepción a
esta regla.
Habiendo
analizado todo lo anterior, podemos decir que definitivamente el
azúcar de coco no es un alimento milagro ya que, aunque su proceso
de fabricación es más natural y contiene algunas cantidades menores
de nutrientes en comparación con el azúcar común, es bastante
parecida en su estructura y composición finales, así como en los
efectos que ocasiona en el organismo al ser ingerida.
Veámosla como
una sustancia ligeramente “menos mala” que el azúcar regular,
pero no como algo que debas consumir todos los días, o pongámosla
también en la misma categoría que la miel: sin duda es mucho más
saludable que el azúcar refinada, pero sin duda es mejor abstenerse
por completo del consumo de azúcares añadidos.
Por lo tanto, si te
decides a utilizarla como endulzante, hazlo entonces con bastante
moderación.