No hace falta vaciar el refrigerador en una sola noche para ser víctima de un atracón emocional. Este fenómeno puede aparecer en cualquier momento, cada vez que te encuentras comiendo por cualquier otra razón que no sea satisfacer el hambre físico. Si actualmente buscas llevar una relación más sana con la comida, cambiar tus patrones de alimentación y reconectarte con tu cuerpo, sigue leyendo.

La industria alimentaria intenta establecer una fuerte relación entre la comida y las emociones: para lograr más ventas, la publicidad promete un beneficio emocional más allá del alimento en sí mismo, por ejemplo, sensación de pertenencia, excitación o placer. Así, existe una creencia colectiva de que ciertas comidas nos proveen satisfacción emocional.

Sin embargo esto no es cierto y debes intentar dejar de comer para lidiar con tus emociones. A continuación daremos algunos pasos que requieren algo de práctica, pero que te alejarán de los atracones y te ayudarán a disfrutar verdaderamente de la comida (y de la vida) de una nueva forma.

• No te abandones a ti misma: los atracones emocionales liberan momentáneamente de una sensación de malestar, brindándote placer y satisfacción cuando estás sintiendo algo que no deseas sentir. La satisfacción de un antojo de comida tiene un efecto calmante sobre nuestros sentimientos y nos aleja de ellos. La clave para terminar con este patrón es no abandonarte a ti misma cuando tus emociones te superan; en lugar de eso, permítete sentirlas.
  
  Repítete que está bien sentirse triste, asustada, cansada, culpable, enojada… ponle el nombre que quieras. Da la bienvenida a tus emociones negativas con amabilidad y curiosidad, indagando por qué están ahí. Acércate a tus sentimientos y tu cuerpo comenzará a entender que ya no tiene que darse un atracón para protegerte de ellos. Escuchándote a través de tus emociones sabrás realmente lo que quieres y podrás crear nuevas estrategias para satisfacerte.
  
  

• Haz del placer tu principio de vida: comienza a poner al placer como una prioridad en tu día a día. Saboriza el agua que bebes con zumo de fruta, viste ropas cómodas y suaves, toma baños de burbujas. Dale a tu cuerpo nuevas maneras de experimentar la sensación de bienestar más allá de la comida. Incluso, si estás comiendo intenta sentarte y degustar cada bocado.
  
  Mientras más consciente seas de lo bien que se siente comer, más difícil será que lo hagas hasta el punto del dolor. Muchas veces, el hambre emocional es solo un intento de nuestro cuerpo por experimentar placer.
  
  

• Come solo cuando tengas hambre: por lo general los atracones no se presentan cuando tienes hambre, logrando que más tarde continúes comiendo. Trata de consumir alimentos reales, sanos y nutritivos cuando sientas hambre físico. Si no comes cuando sientes que lo necesitas entrarás en modo de supervivencia. Lo que quiere decir que tu cuerpo empezará a almacenar grasa y tendrá dificultades para quemarla.
  
  Comer cuando tienes hambre te mantendrá alejada de los atracones y le dará a tu organismo el mensaje de que es seguro perder peso.
  
  

• Conoce las razones de tu hambre emocional: debes descubrir cuáles son las cosas que disparan tus ganas de comer. Por ejemplo, si sabes que te das atracones cuando te sientes sola, llama a una amiga o escribe en tu diario. También debes tratar de proveer bien tu heladera para no sentirte privada. Si tu organismo tiene sensación de privación, será más proclive a los atracones.
  
  Llena tu refrigerador de alimentos sanos y deliciosos; planea una agenda con experiencias interesantes para vivir y reserva momentos de tu día para relajarte.
  
  

• Valórate y acéptate: si fueras consciente de lo hermosa que eres, no te privarías de la comida para intentar cambiarte. Tampoco comerías emocionalmente para descargarte, pues no habría tensiones de las que liberarse. Cualquier cambio en tu dieta debe provenir del cuidado de la salud y de tu amor propio.
  
  Estamos inmersos en una cultura que presiona a las mujeres para que encajen en un molde imposible de lograr. Es tiempo de despertar tu belleza natural y nutrir a tu cuerpo con el amor, la ternura y el cuidado que realmente merece.