La castaña (Castanea Sativa) es un fruto seco que procede del árbol frutal que le da nombre, natural de los climas cálidos del hemisferio norte. El fruto se presenta en una cápsula espinosa y es típico en los meses de otoño e invierno.

La variedad de castaña que más se consume es la común o europea, aunque existen otros tipos como la china, la japonesa y la americana. Aunque la composición de todas ellas es semejante, se las diferencia por la proporción de hidratos de carbono y por su sabor. Es un alimento rico en hidratos de carbono complejos, una característica que deben de tener en cuenta las personas que padecen diabetes.

Las castañas se pueden consumir crudas o cocinadas; en forma de crema, pastel, asadas o de acompañamiento. Al cocinarlas es adecuado quitarles la piel y hervirlas durante media hora o más, dependiendo de la elaboración de la receta.

La castaña también tiene connotaciones festivas. A diferencia de Halloween, en Cataluña se celebra la popular fiesta de La castanyada el día 1 de noviembre, la cual coincide con el día de Todos los Santos. Este día se consumen castañas calientes en una paperina, así como panellets, moniatos y fruta confitada acompañada de la típica bebida de esta fiesta: el moscatel.

Por cada 100 gramos de porción comestible:

• 165 calorías
• 36,6 g. de hidratos de carbono
• 2 g. de proteínas
• 5,5 g. de fibra
• 2,2 g. de grasa
• 145 mg. de calcio
• 256 mg. de fósforo
• 234 mg. de magnesio
• 141 mcg. de folatos
  

La madera del castaño es utilizada para la fabricación de las maderas de toneles, postes, tablas para la construcción, muebles, etc., ya que su textura es fina, dura y resistente.