¿Notas que tienes más hambre, has desarrollado problemas para conciliar el sueño, no estás a gusto en tu casa, te sientes estresada y sumamente cansada? Es más común de lo que piensas escuchar a las mujeres decir esto. Se trata de los síntomas más frecuentes de un desbalance hormonal, una anomalía que puede aparecer simplemente por la edad, pero también por muchas otras razones.

La exposición a químicos en la comida, la contaminación ambiental o una excesiva incorporación de estrógeno desde los productos de belleza también provocan desórdenes a nivel de hormonas que libera nuestro organismo. El problema es que muchas veces los síntomas de esta patología tardan en manifestarse, causando estragos en tu salud sin que puedas estar prevenida. Incluso, en ocasiones los médicos confunden el desequilibrio hormonal con otras afecciones.

Con un examen muy básico realizado por un profesional puedes saber si padeces esta condición; no obstante, a continuación veremos un breve listado de signos que podrían estar indicando que algo no está bien dentro de tu cuerpo.

• Alternas entre periodos de gran energía y cansancio: si vas desde sentirte completamente exhausta a con demasiada energía, puede que el cortisol esté provocando cambios en tu cuerpo. Generalmente el estrés crónico libera dosis excesivas de esta hormona, que hace subir de peso y aumenta la adrenalina pero a la vez provoca agotamiento e incluso depresión.
  
  
• Tu líbido ha disminuido: por si no lo sabías, alrededor del 70% del deseo sexual es manejado por las hormonas. Así que muchas veces, no sentir ganas de tener sexo es más que una cuestión psicológica. Una excesiva o muy pobre presencia de estrógeno provoca cambios en la líbido. La glándula tiroides y el cortisol también juegan un papel en este problema.
  
  
• Tienes antojos de comida: un alto porcentaje de cortisol o insulina en el torrente sanguíneo puede ser el motivo de esas urgencias de comer chocolate o golosinas, o incluso de tomar vino. Además, los desequilibrios adrenales provocan cambios en los electrolitos, lo que te lleva a ingerir mayor cantidad de alimentos salados.
  
  
• Te cuesta bajar de peso: ¿haces mucho deporte y aún así no consigues adelgazar? Es probable que tus hormonas no te estén ayudando a perder kilos. A veces, solo hace falta consultar con el médico para ajustar un desequilibrio hormonal y llevar una vida de dieta balanceada y actividad física moderada, en vez de seguir matándose con el ejercicio.
  
  
• Experimentas vertiginosos cambios de humor: tanto los días del periodo menstrual como la menopausia son etapas en las cuales las mujeres pasan de un estado de ánimo a otro rápidamente. Si tu humor no mejora con fármacos y terapia, te recomendamos consultar con un profesional para saber cómo están tus hormonas, porque pueden ser la causa de esta inestabilidad.

• Descansar bien: una manera natural de regular las hormonas es darle prioridad a las horas de sueño. El momento de ir a dormir debería ser un ritual que te ayude a tranquilizarte al final del día. Toma un baño caliente, apaga los aparatos electrónicos dos horas antes de dormir y regula la temperatura de tu habitación.
  
  
• Reducir el estrés: ya sabemos que el estrés aumenta los niveles de cortisol y adrenalina, dos sustancias que alteran tu energía, tu humor y tu líbido. Intenta practicar yoga o meditación, hazte hacer masajes, da caminatas en predios agradables o realiza cualquier otra actividad placentera que mejore tu humor. 
  
  
• Comer alimentos saludables y menos procesados: muchas de las sustancias incluidas en los productos procesados se relacionan con una serie de trastornos en el organismo, que pueden aumentar niveles de radicales libres y cortisol. Una dieta rica en vegetales, por el contrario, aumenta los niveles de antioxidantes y promueve la desinflamación.