Aunque siempre se recomienda el consumo de papaya, (por lo menos una taza de cubitos picados al día) pocas veces se habla de la recomendación de comer las semillas de la papaya.

Investigaciones realizadas concluyen que una onza (unos 30 gramos) contienen una ración de proteínas. Además, contienen niveles elevados de calcio, magnesio y fósforo, y también grasas insaturadas.

Por su alto contenido en grasas insaturadas y otros componentes que veremos más adelante, se recomienda un consumo moderado de dichas semillas.

La fruta conocida como papaya crece en las regiones tropicales del continente americano, y tiene, desde el punto de vista culinario, dos usos según el fruto esté maduro o no. 

Cuando están maduras se pueden comer crudas, y la carne es dulce y jugosa. Muy rica en vitamina C, contiene importantes cantidades de ácido fólico, vitamina A, potasio y fibra dietética. 

Si tenemos el fruto inmaduro, su uso es común en guisos, en curry, y otros, pues pueden ser cocinadas fritas o cocidas. 

Asimismo, el contenido de semillas de la papaya es interesante porque, aunque mucha gente no lo sabe, éstas son comestibles y proporcionan varios beneficios para la salud que veremos a continuación.

Las aplicaciones culinarias pueden ser muchas, según la imaginación del cocinero, dado que su sabor ligeramente amargo y parecido a la pimienta picante, es adecuado para aderezar ensaladas, añadirlas a sopas o a cualquier otro plato, como sustitutas de la pimienta negra. 

También podemos comerlas tal cual son.

Para extraerlas de la papaya, la cortaremos por la mitad y las extraeremos con una cuchara grande, y para retirarles la sustancia gelatinosa que las recubre, simplemente las enjuagaremos con agua sobre un colador.

Ya en la edición del año 2003 de la revista “Ciencias de la Vida”, se encontró que un compuesto presente en las semillas, el isotiocianato de bencilo, a dosis altas, podía inducir daños toxicológicos en animales. 

En el “Diario de Etnofarmacología”, en la edición del 2010, se corroboraba esta afirmación al confirmar el efecto anticonceptivo de dichas semillas en los animales. 

Aunque esto no se ha comprobado en humanos.

De cualquier forma, se ha comprobado que a dosis normales, no existe ningún riesgo de intoxicación por este compuesto, y no representan ningún riesgo para la salud.

Realmente, las semillas de papaya contienen toda una serie de elementos que pueden ayudarnos en nuestra salud y en nuestra capacidad inmunológica, bastante apreciable:

La revista Journal of Agricultural and Food Chemistry, en su edición del 2011 informa de la presencia de inmunomoduladores en las semillas de papaya que pueden retrasar el crecimiento de los tumores, además de compuestos que pueden matar a los parásitos

Y también, como informa la revista “Moléculas” en el mismo año 2011, contienen compuestos flavonoides y fenólicos con propiedades antioxidantes comprobadas.

Así pues, con todos estos beneficios, si tenemos la posibilidad de consumirlas, no lo dudemos, pero como siempre, tengamos presente que en la justa medida está la salud.