Quizás has estado haciendo esfuerzos para volver a pesar lo mismo que cuando eras adolescente o cuando te casaste, pero… ¿estás segura de que realmente necesitas bajar tanto? 

Si tienes sobrepeso, perdiendo solo el 10% de tu peso actual obtendrás muchísimos beneficios. Para encontrar el peso que te haga sentir bien, debes analizar tu historial de peso de tu vida adulta e identificar aquel que te sea fácil de mantener.

Alcanzarás tu figura ideal manteniéndote saludable, logrando reducir la presión, el colesterol y el azúcar sanguíneos; además, también podrás reducir tu riesgo de padecer una deficiencia cardíaca. A diferencia de lo que sucede con otros métodos, adelgazar, de esta forma es más sencillo y permite mantener estable el peso en el largo plazo.

Thomas Wadden, director del Centro de Peso y Desórdenes Alimentarios de la Universidad de Pensilvania, explica que el peso corporal se encuentra naturalmente regulado en un rango de entre el 10 y el 20% con el fin de mantener la temperatura del cuerpo. Este índice es el rango de peso que tiene cada persona.

Hay muchos factores que ayudan a tu organismo a mantener el peso habitual: hormonas, químicos, genética, señales cerebrales relacionadas con el apetito, como así también, tu dieta cotidiana y la cantidad de ejercicio físico que realizas. Comer de más influye en el sistema regulatorio interno, incrementando el rango de peso.

Y la mala noticia es que es mucho más difícil bajarlo que subirlo. El organismo se ajusta al mayor peso y vuelve a acomodar el rango. Sin embargo, es posible disminuirlo naturalmente con cambios en la alimentación y el entrenamiento físico. 

Reduciendo 10% de tu peso corporal y manteniéndolo estable entre 6 meses y 1 año, puedes ayudar a tu cuerpo a modificar su rango. Cuando adelgazas mucho de una sola vez, activas un mecanismo interno que hace que las hormonas disparen el hambre, porque tu organismo intenta defender su rango de peso actual.

Es por eso que los expertos recomiendan perder sólo el 10% de los kilos actuales simplemente cambiando algunos hábitos alimenticios y de ejercicio, e intentando mantener el nuevo peso durante un par de meses antes de querer bajar más. De esta manera, el cuerpo recibe la señal de bajar su rango de peso: así podrás acostumbrarte a elegir comida más sana y porciones más chicas, y a hacer deporte.

Las personas que utilizan este método para perder peso comienzan a sentir pequeñas mejoras en su salud: se sienten bien, duermen mejor, tienen más energía y menos dolor en las articulaciones. 

Incluso, perdiendo el 10% de los kilos muchos llegan a reducir sus dosis habituales de medicamentos.