El aceite de oliva es un aceite vegetal de uso culinario que se extrae de la oliva o aceituna, fruto del olivo. Se conoce en toda la cuenca mediterránea desde la Antigüedad. El cultivo del olivo fue introducido en la península por los antiguos fenicios y griegos, siendo más tarde extendido por los romanos, visigodos y musulmanes. Hay pruebas de su uso en Egipto, Creta, Grecia antigua, etc.
El aceite de oliva es uno de los pilares de la llamada dieta mediterránea y es muy bueno para el sistema cardiovascular, favorece el crecimiento de los huesos y la absorción de calcio, excelente para evitar el envejecimiento de la piel, previene el cáncer y la diabetes.
No todos los tipos de aceites de oliva son iguales. Al igual que en los vinos, disponen de una complejidad sensorial, tanto aromática como gustativa muy alta. Estas diferencias en el aceite de oliva, dependen de la tierra, la elaboración y la variedad de aceituna empleada en la almazara.
- Favorece la digestión
- El aceite de oliva, tanto el virgen como el extra, son ricos en vitaminas A, D, E y K
- Por su composición en ácidos grasos, el aceite de oliva virgen o extra es el alimento más similar a la leche materna.
- Reduce la acidez de estómago
- Regula el tránsito intestinal
- Reduce los niveles de colesterol en sangre
- Reduce el envejecimiento de tejidos
- Disminuye el riesgo de padecer infarto
- Disminuye el riesgo de padecer problemas de circulación como los trombos
- La elevada cantidad de polifenoles (un antioxidante natural) en el aceite de oliva ayuda y previene enfermedades degenerativas como el Alhzeimer, y actúa contra el envejecimiento
- VIRGEN: Su acidez máxima es de 2º
- VIRGEN EXTRA: Su acidez máxima es de 0.8º
- VIRGEN LAMPANTE: este aceite no es apto para el consumo ya que su acidez es superior a 2º (3,3g por 100g)
- 73 % de ácidos grasos monoinsaturados
- 8,3 % de ácidos poliinsaturados
- 13,3 % de ácidos saturados.
La mejor manera de conservar el aceite de oliva es guardándolo en un frasco hermético (preferiblemente de vidrio o acero inoxidable), y manteniéndolo lejos de fuentes de calor, humedades y alejado de la luz.
El aceite de oliva soporta sin problemas 180º, por lo que es el aceite vegetal ideal para los fritos, que a más a más quedan más crujientes y absorben menos aceite que con otros.