Actualmente, la preocupación por nuestro cuerpo es uno de los aspectos más importantes de nuestra sociedad; sin embargo, y de forma paralela, también aumenta la preocupación por conocer aquello que nos es beneficioso y aquello que no lo es.
En un mundo lleno de posibilidades culinarias, nos encontramos con los llamados alimentos Light, sinónimo de dietéticos, que a menudo pueden confundirnos. Para empezar, una aclaración básica: los alimentos que se presentan como Lights pueden serlo por muchas razones. Puede tratarse de alimentos bajos en calorías, en grasa, en sodio, en colesterol...
Resulta obvio, pues, que una de las primeras lecciones que debemos aprender es no fiarnos del etiquetado exterior y saber descifrar las composiciones de los productos, que nos darán las claves sobre aquello que estamos a punto de consumir y nos dirán si realmente se trata de un alimento light -cuando existe más de un 30% de reducción en alguno de estos aspectos-.
Otro de los aspectos que es importante considerar, además de la composición nutricional de estos productos, es conocer que, normalmente, se trata de productos más caros y que pierden su sabor original.
Teniendo esto en cuenta, ¿qué nos aportan los productos dietéticos?
Básicamente, son positivos si seguimos tres reglas de oro: cuando nuestro plan de calorías general es también reducido -entendido que debe ser siempre formulado por un experto y acorde a nuestra situación y metabolismo particular-, si realizamos actividad física regular y si controlamos la cantidad.
Uno de los mitos más importantes que corren alrededor de este tipo de productos es que, al ser bajos en calorías, nos permiten multiplicar sus cantidades. Los nutricionistas, sin embargo, aseguran que esto no es así y que, además, deben tomarse precauciones a la hora de consumirlos.
Beber refrescos light en exceso, por poner solo un ejemplo, puede provocar problemas gastrointestinales de todo tipo como hinchazón o gases -en el caso de que no toleremos bien el sorbitol, por ejemplo, un componente clásico en este tipo de alimentos- o deficiencias nutricionales graves como la falta de grasa, que dificulta la absorción de la Vitamina D.
Sea como fuere, debemos ser conscientes siempre de que los alimentos light no son milagrosos y, sobre todo, que debemos consumirlos con moderación, fijándonos siempre en sus aportes nutricionales y, si es posible, bajo control médico. Tu cuerpo te lo agradecerá.