La luteína es un pigmento liposoluble de la familia de los carotinoides de color amarillento que aparece en algas, bacterias y plantas superiores. Tiene grandes efectos sobre la salud humana, aunque la principal actividad de la luteína es prevenir las patologías oculares.
También debemos saber que la luteína es liposoluble y, por lo tanto, su absorción disminuye cuando se ingieren vegetales sin agregado de grasa. Igualmente la absorción de los carotenos oscila entre un 40% y 50%.
Los principales alimentos que aportan luteína al ingerirlos son: brócoli, espinaca, maíz, yema de huevo, repollo, berro, perejil, lechuga, guisantes y pimiento verde.
La luteína cultivada sobre la microalga Muriellopsis es uno de los últimos métodos para obtenerla a gran escala, ya que también se puede usar como colorante biológico para alimentos, aditivos para piensos animales de granja (ayudan en la pigmentación de yemas de huevo), en la acuicultura (mariscos, salmones, etc.) medicamentos y productos cosméticos.
- Contiene grandes propiedades antioxidantes, que protegen al organismo de los efectos nocivos de los radicales libres.
- Protege a la retina humana de las radiaciones ultravioletas del sol.
- Previene la pérdida visual que suele producirse naturalmente con el paso del tiempo.
- También protege la piel de los rayos del sol y previene el envejecimiento prematuro.
Hay que tener cuidado ante el uso de suplementos de luteína, ya que las cantidades requeridas (6mg/día), se cubren rápidamente con una porción de espinaca, por ejemplo. Por ello, un consumo sin control de suplementos puede ocasionar excesivas concentraciones de luteína, que si bien no se ha demostrado toxicidad, genera hipercarotenosis que se caracteriza por una pigmentación amarilla en la piel debido a que el exceso no es absorbido.
Hay varios estudios sobre como el cáncer de colon y de próstata son menos frecuentes en poblaciones con una dieta rica en luteína.