Los niveles de obesidad han aumentado en muchos países del planeta, tanto desarrollados como subdesarrollados. Sin embargo, Estados Unidos está a la cabeza en lo que respecta a población con sobrepeso, seguido por su país vecino, México.

Una de las investigaciones científicas más abarcativas que se han hecho hasta ahora, relevó datos en más de 180 países durante un periodo de 33 años, y además, examinó más de 1700 estudios anteriores que se habían hecho sobre el tema. Los analistas encontraron que solamente EEUU era responsable del 13% de la obesidad a nivel global. 

Hasta ahora Norteamérica tiene el mayor índice de personas con obesidad; 78 millones de individuos en ese país están considerablemente excedidos de peso. Esta cifra representa nada menos que el 25% de la población estadounidense.  

Sin embargo, en otros lugares el problema es igual de grave en proporción, pues en Tonga, por ejemplo la mitad de los varones adultos son obesos. A su vez, en otros países -Kiribati, Libia, Tonga, Qatar, Samoa y Kuwait- el 50% de las mujeres en edad adulta presentan obesidad. 

Estos datos demuestran que el sobrepeso crónico es un fenómeno extendido ya en todo el mundo. El porcentaje de obesidad ha crecido un 8% en solo 3 décadas.

Los científicos de Lancet explican que en los años ’80 la obesidad mundial en los varones era del 29%, mientras que para 2013 trepó al 37%. Asimismo, el índice de sobrepeso en mujeres escaló del 30 al 38% en idéntico lapso de tiempo. Estos números revelan que ya el 40% de la población del mundo es obesa.

La investigación también indica que en el año 2010, 4 millones de muertes a nivel global estuvieron relacionadas con cuestiones ligadas al sobrepeso. Las últimas mediciones revelan que si bien la obesidad ha aumentado en los Estados más desarrollados, viene decreciendo desde el año 2006 en los países en vías de desarrollo.

Ojalá esto no signifique que a las economías menos desenvueltas les quede un tramo por recorrer hasta alcanzar los picos de obesidad que se registran en otras naciones. Por lo pronto, Estados Unidos y muchos otros países del mundo tienen mucho que hacer para intentar paliar esta crisis de alguna forma. Es de esperar que en un futuro no muy lejano se tomen nuevas disposiciones internacionales en salud y alimentación.