Hay muchos días en que nos sentimos, a pesar de que pongamos todos nuestros empeños en estar fuertes y dinámicos, como si corriéramos por una pesadilla en la que no logramos avanzar.

Ante esta situación, hay muchos fabricantes de productos energéticos que ponen delante de nuestros ojos variadas posibilidades para superar estos bajones.

Muchos recurren habitualmente a la cafeína, elemento que ya forma parte integrante del estilo de vida occidental, con miles de presentaciones distintas para engancharnos.

Sin embargo, consumir grandes cantidades de cafeína puede resultar peor, ya que puede ocasionar un colapso de nuestro cuerpo si recurrimos continuamente a ella para funcionar.

Es la realidad, hay un gran porcentaje de adictos a la cafeína y ello se explica por la creciente demanda de tareas, que cada vez más, debemos llevar a cabo.

Sin embargo, esa no es la solución. Si queremos mantener una energía constante durante todo el día, hay una serie de medidas o estrategias que podemos efectuar.

Vivir una vida crónicamente estresada es no estar nunca completamente vivo, ya que estar estresado de forma habitual es como estar permanentemente enfermo de gripe.

Hay muchas formas de reducir el estrés, como la meditación, la acupuntura o las terapias de masajes. 

Además, existen hierbas adaptógenas, como la Rhodiola, que le pueden ayudar a reducir la fatiga relacionada con el estrés. 

Debe averiguar qué es lo que le ayuda personalmente a reducir el estrés y practicarlo como un hábito.

Cuando el sueño se nos va acumulando, nuestra capacidad de reacción, de procesar la información y de atención, se reducen drásticamente, produciendo una disminución apreciable de las funciones cognitivas. 

Por más cafeína que tomemos, sólo alcanzamos un estado semi-funcional y ello nos lleva a decidir erróneamente sobre muchos aspectos fundamentales. 

Cuanto más tiempo estemos sin dormir, mayores déficits en dichas áreas se van produciendo. 

Así que pongámonos el objetivo de dormir bien, profundamente, al menos 7 a 9 horas, así tendremos energía constante durante todo el día siguiente.

Una forma efectiva de incrementar nuestra resistencia cardiovascular, nuestra energía y la salud de nuestro cerebro se encuentra en el entrenamiento de intervalos, o de alta intensidad. 

Con dicho entrenamiento logramos consumir una gran cantidad de grasa, y eso sólo en unos minutos al día, 10 a lo sumo. 

Con este entrenamiento, que, aunque le parezca mentira, está avalado por muchos estudios, usted conseguirá suficiente energía para acabar el día.

Si padece alguno de los siguientes síntomas o signos: baja temperatura corporal o intolerancia extrema al frío, piel seca, crecimiento débil del cabello, uñas frágiles y quebradizas, estreñimiento crónico o tiene el colesterol alto, debería consultar a su médico para comprobar sus niveles de T3.

La T3 es la forma activa de la hormona tiroidea, que permite que el cuerpo use los alimentos convirtiéndolos en energía. 

Si tiene niveles bajos, dichos alimentos se convertirán, más bien, en grasa, y sus niveles energéticos, por mucha cafeína o suplementos multivitamínicos que tome, no lograrán hacerle llegar al final del día.

Teniendo en cuenta todo lo dicho, usted debería ser capaz de tomar las riendas de su energía para llegar victorioso al final del día.