La Cromoterapia es una técnica que utiliza la aplicación de colores para tratar enfermedades físicas e incluso trastornos emocionales. Según parece, sus orígenes se remontan al siglo IX cuando el médico árabe Avicena escribió el primer documento sobre las propiedades curativas del color, aunque no fue hasta el siglo XX cuando se recuperó con fines terapéuticos.
La idea es que la cromoterapia está presente en la naturaleza, y lo único que hay que hacer es aplicar sus principios con fines curativos. En cuanto a la alimentación, se dice que es recomendable ingerir los alimentos según su color, aunque también se aplica a tratamientos de reducción de celulitis, por ejemplo.
La Cromoterapia se basa en la fusión de las propiedades de la luz, el calor, los masajes y la aromaterapia, para provocar la estimulación tanto física como psíquica del paciente y facilitar la formación de colágeno, positivo para combatir problemas como la celulitis o la flacidez.
Por poner un ejemplo, se dice que la luz roja reactiva el metabolismo, mientras que la naranja sirve para mitigar el dolor localizado y la lila es positiva para el cuidado de la piel.
Una vez visites al profesional, él examinará el problema o la zona a tratar y decidirá cuál es el mejor tratamiento que se puede aplicar. A pesar de que nunca podrá darte un número cerrado y exacto de sesiones (pues deberá comprobar los efectos de cada una), sí puede darte una pequeña orientación sobre cuánto durará tu tratamiento en particular.
Como ya habrás podido comprobar, existen un sinfín de tratamientos distintos para combatir problemas como la flacidez o la celulitis. Lo que debes hacer es informarte bien sobre cuál es el que más te conviene y, sobre todo, buscar ayuda profesional y personal médico cualificado.