A menudo tenemos la tendencia a pensar que para provocar cambios significativos en nuestra salud y en nuestro aspecto físico (dejar de estar “gorditos” para aparecer un poquito más como los de los anuncios), hemos de pasar cantidades inconmensurables de horas en el gimnasio e introducir elementos drásticos en nuestra dieta. 

Sin embargo, los expertos cuentan que hay una serie de pequeñas modificaciones de nuestros hábitos que podemos llevar a cabo, y que nos proporcionarían resultados significativamente beneficiosos para nuestra salud y forma física.

El preparador físico Scott Colby comenta que si sometemos a nuestro cuerpo a períodos prolongados de hambre, con el fin de buscar un cuerpo más delgado y sexy, alternando con períodos de atracones al final del día, trastornaremos totalmente nuestro metabolismo y conseguiremos el efecto contrario. 

Para evitarlo, hagamos al menos tres comidas diarias e incluyamos dos pequeñas meriendas, de esa forma nos sentiremos satisfechos durante la mayor parte del día y evitaremos los atracones. 

Este es uno de los mejores principios para quemar grasa ya que conseguimos acelerar nuestro metabolismo.

Uno de los aspectos que más solemos descuidar por ignorancia, es la limpieza profunda de nuestra boca. 

La placa y las bacterias se acumulan continuamente en zonas dentales donde el cepillo no llega; éstas pueden llegar a nuestro sistema digestivo y de ahí repartirse  por el cuerpo a través del torrente sanguíneo. 

Algunos estudios han demostrado que estas bacterias pueden exacerbar la diabetes y la hipertensión.

Podemos evitar esto con un simple hilo dental de nylon. 

Puede parecer un tanto extraño, ¿por qué esto nos va a beneficiar? 

Esto no sólo nos produce un ahorro económico evidente, sino que además, nos evita ingerir cientos de calorías. 

Los establecimientos de desayunos y comidas rápidas muestran en sus mostradores y vitrinas toda clase de alimentos apetitosos, en los que, invariablemente, pensamos para acompañar un café ligero. Además, ofrecen variedad de bebidas a base de café, que pocas veces son bajas en calorías como lo es el café negro de nuestra casa. 

¿Quién no ha caído en la tentación de una dona para acompañarlo? 

Así que si eliminamos este ritual mañanero del café en el Starbucks o el bar de la esquina, aunque nos duela, lograremos unos evidentes beneficios para nuestra salud.

Si queremos desayunar algo que nos mantenga durante más tiempo saciados, y sin que necesitemos estar pizcando a lo largo de la mañana, una buena opción es la avena.

Con ella logramos sentirnos durante mucho más tiempo, completamente satisfechos. 

Pero si además, comemos avena entera, los beneficios se incrementarán ya que ésta está menos procesada y contiene mucha más fibra, con lo que nos mantienen satisfechos aun por más tiempo. 

Solo hay que invertir algo más de tiempo en su preparación, dejándola remojada en agua la noche anterior, o bien en la mañana, cocerla con una olla a presión. 

Es fundamental que mantengamos unos niveles adecuados de vitamina D, pues su déficit está correlacionado con determinados cánceres y escasa resistencia ante la enfermedad de Alzheimer. 

Se ha encontrado que muchas mujeres padecen niveles muy bajos de dicha vitamina.

En tal caso, ha de suplementarse durante varios meses, y tras ese periodo, realizarse de nuevo análisis para comprobar si se han normalizado.

Con demasiada frecuencia, nos miramos a través de los ojos de los demás, y no prestamos atención por nosotros mismos a todo lo positivo que atesoramos, tanto psíquica como físicamente. 

Hay muchas cosas que podemos hacer con nuestros cuerpos actuales, y no debemos dejarnos llevar por los estereotipos de la moda, ello nos lleva a trastornos de depresión, ansiedad, trastornos de la imagen corporal y desequilibrios en la alimentación. 

Hemos de aprender a estar más satisfechos con nuestros cuerpos y con sus “defectos”.

Veamos qué somos capaces de hacer con nuestro cuerpo, qué actividades podemos realizar a pesar de todo, nadar, bailar, jugar con nuestros hijos, subir por la montaña o caminar varias cuadras.

Busquemos 10 cosas que nos gusten de nosotros mismos, los ojos, el contorno de nuestros brazos, la fuerza de nuestras piernas, etc., y atesoremos ésta información como algo muy positivo para contrarrestar esas opiniones externas y falsos conceptos acerca de lo que es saludable y lo que no.

Y en todo caso, con esa fuerza, corrijamos lo que no nos guste de nosotros mismos, con lo que tendremos más argumentos todavía para gustarnos más.