Siempre estamos buscando nuevas tecnologías que nos hagan la vida más fácil. Sin embargo, muchas veces nos olvidamos de que no todos los inventos son beneficiosos para nuestra salud; y dentro de esta categoría está el horno de microondas. Un invento que hasta hace pocos años no parecía destinado a impactar en nuestras vidas, ahora está presente en el 90% de los hogares solo en Estados Unidos.

Durante las décadas siguientes a su aparición, el horno de microondas solamente se utilizaba para recalentar alimentos ya cocidos y para cocinar solo algunos vegetales. Pero hoy en día se ha vuelto una necesidad y es casi imposible encontrar una cocina que no tenga uno. Sus ventajas son evidentes: es fácil de usar y permite tener lista la comida en unos minutos. Sin embargo no tan bueno como parece el calentar o cocinar los alimentos en él.

Como seguramente ya sabes, el horno de microondas utiliza radiación para calentar las moléculas de la comida. Por desgracia estas ondas radiactivas distorsionan la estructura molecular de los alimentos, destruyendo gran parte de los nutrientes a medida que va aumentando la temperatura. La Unión Soviética prohibió los hornos de microondas en los años ’70, pero en la mayor parte de los países no se tomó la misma medida. 

• Las ondas de radiación pueden destruir la sangre: una enfermera de un hospital de Oklahoma utilizaba el horno de microondas para entibiar la sangre que utilizaba para las transfusiones de un paciente. Debido a ese paso de sangre, la persona murió inmediatamente. Se descubrió que las ondas de radiación del horno inyectan algún tipo de sustancia destructiva en nuestro flujo sanguíneo.
  
  
  
• La comida de microondas es dañina para los bebés: se ha demostrado que cocinar alimentos en este tipo de horno es una forma poco saludable y artificial de preparar la comida para bebés. La Universidad de Minnesota publicó ya en 1989 un reporte advirtiendo que la leche embotellada calentada en microondas podría provocar daños a los niños muy pequeños. Una alta temperatura podría hacer que la botella explotara, debido al calor encapsulado como gas dentro del vidrio.
  
  Además, la leche entibiada en este dispositivo presenta una estructura molecular alterada, que ya no tiene los nutrientes esenciales que un bebé necesita. El estudio sugiere calentar la botella de leche sumergiéndola tapada en un bowl con agua caliente por algunos minutos.
  
  

• Las ondas reducen los niveles de hemoglobina: en 1992 se realizó una investigación que demostraba cambios alarmantes en el organismo después de consumir leche y verduras calentadas en el microondas. En el estudio, un grupo de ocho voluntarios consumieron distintas combinaciones de los mismos alimentos, solo que cocidos de manera diferente. Los científicos notaron que quienes habían ingerido alimentos de microondas tenían baja la hemoglobina.
  
  No solo vieron reducido este importante constituyente de la sangre; también bajó el nivel de células rojas y aumentó el colesterol LDL. Incluso, los linfocitos (encargados del sistema inmune) decayeron de manera alarmante. También se incrementó la presencia de bacterias después de comer la comida calentada en el horno de microondas.
  
  

• Los alimentos de microondas pueden llegar a causar cáncer: un científico especializado en alimentos, que trabaja con una de las compañías más importantes de Suiza, llevó a cabo una investigación que demostró que los alimentos cocidos en el horno de microondas tienen efectos cancerígenos. La radiación de las ondas provoca grandes consecuencias en el organismo humano.