¿Sabías que la medicina tradicional china defiende que nuestro organismo entra en periodo de recesión a partir de las 7 de la tarde? Siguiendo esta máxima, lo más recomendable es no comer pasada esa hora.

Para hacerlo, podemos adaptar un poco nuestro horario al llamado horario inglés, aumentando de forma considerable y variada el desayuno, reduciendo un poco el almuerzo y cenando pronto y en menor cantidad, para así evitar una difícil digestión por la noche y que se acumule grasa al no gastarla con esfuerzo físico.

Además de esto, también es importante no pasar hambre. Nuestro cuerpo se encuentra constantemente en funcionamiento, con lo que es necesario que estemos alimentándolo siempre que sintamos la necesidad de hacerlo.

Cuantas menos horas pasen entre cada ingesta, mejor. Eso sí, nunca deberemos recurrir a las grasas o los azúcares refinados, sino que optaremos por tentempiés como la fruta, las verduras cruda, un yogurt y, en general, cosas ligeras y poco calóricas que, sin embargo, nos sacien durante un rato.

En ocasiones no tenemos claro cuáles son las mejores horas para hacer cada una de las comidas del día. Los ingleses, por ejemplo, optan por hacer un desayuno muy fuerte, tomar un tentempié al mediodía y, hacia las 6 de la tarde, hacer una cena en condiciones (que después tendrán tiempo de digerir bien antes de dormir).

En la mayoría de países latinos, sin embargo, seguimos un horario muy distinto, y optamos por aumentar la ingesta de comida durante el almuerzo y reducirla para la cena, ya que solemos separar muy poco ese momento del momento que nos acostamos.

Sea como fuere, y si queremos cuidarnos, tan importante como el qué comemos es fijarnos en cuándo lo hacemos. Nuestro sistema digestivo también tiene sus procesos y sus horarios, así que es recomendable prestarle un poco más de atención. Ahí van algunos consejos prácticos.

Uno de los hábitos más peligrosos de nuestra dieta consiste en hacer cenas demasiado copiosas, algo especialmente nocivo para nuestro sistema digestivo. Así, intentaremos variar la comida respecto al resto del día, y evitaremos a toda costa los fritos o los embutidos, alimentos especialmente difíciles de digerir.

Algunas recomendaciones beneficiosas para tu digestión:

• Fruta: cualquier tipo de fruta está bien, pero es un buen momento para seguir las recomendaciones de los médicos y hacerles un poco más de caso a este tipo de alimentos?

• Yogurt, pan integral... : Puedes combinarlos con lo que quieras, pero son una buena opción a la hora de la cena y así? ¡te olvidas de preparar algo más elaborado!

• Cereales integrales: No solo ayudan a regular el ritmo intestinal sino que su alta cantidad de Vitamina N puede ayudarnos a conciliar el sueño si sufrimos un poco de insomnio.

• Arroz integral: sí, el arroz no está prohibido, pero mejor si es integral y no se ingiere una cantidad elevada, ya que de lo contrario puede provocar cierta pesadez de estómago.

• Cocina con poco aceite y procura acompañar siempre tus platos de alguna verdura cruda.

• Seguir estos consejos solo provocará que concilies mejor el sueño, descanses más profundamente, te levantes con más hambre y dispuesto a tomar el desayuno que tu cuerpo necesita y a menudo le niegas y mucho más ligero y a gusto. ¡Pruébalo!