La tiroides es una glándula en forma de mariposa que está ubicada en la parte de adelante del cuello. Es la encargada de liberar muchas hormonas que controlan la velocidad del metabolismo, responsable de quemar las calorías que consumimos con los alimentos. Los desórdenes de esta glándula, así, pueden disminuir el metabolismo haciéndonos ganar peso.

Un inexplicable cambio en el peso corporal es uno de los indicativos más comunes de problemas en la tiroides. El aumento de kilos puede estar señalando hipotiroidismo, es decir, niveles bajos de hormonas tiroideas en el cuerpo. Por el contrario, si la glándula secreta más hormonas de las que el organismo necesita, quizás bajes de peso inesperadamente; a éste síndrome se le conoce como hipertiroidismo. No obstante, el primer caso es el más común.

• Bultos o hinchazón en el cuello: puede estar indicando hiper o hipotiroidismo, como así también presencia de nódulos o de cáncer glandular.
• Cambios en el pulso cardíaco: las personas con hipotiroidismo pueden experimentar un descenso en las pulsaciones; por el contrario, quienes padecen hipertiroidismo a menudo ven incrementada la presión sanguínea y sienten palpitaciones.
• Caída de cabello: ambas alteraciones de la glándula provocan caída del cabello. Pero es bueno saber que se puede recuperar su volumen habitual con el correcto tratamiento de la tiroides.
• Cambios de humor: a menudo, los problemas en la tiroides provocan estados de ansiedad, insomnio e irritabilidad, en el caso de hipertiroidismo, y mucho cansancio o depresión en el hipotiroidismo.
• Alteraciones en la temperatura corporal: quienes sufren hipotiroidismo a menudo tienen estremecimientos de frío; en cambio, las personas con hipertiroidismo sienten demasiado calor y sudan en exceso.
• Otro síntomas: en el caso del hipotiroidismo, los pacientes pueden presentar piel seca, uñas quebradizas, constipación, periodos menstruales irregulares, temblores en las manos y un signo común son los ojos saltones.  A su vez, quienes padecen el síndrome contrario es común que sientan debilidad muscular, problemas en la vista, diarrea, desórdenes en el periodo menstrual y temblores en las manos.

Si piensas que tienes síntomas de un problema en la glándula, consulta con tu médico la posibilidad de hacerte un examen. La tendencia al hipotiroidismo se incrementa en las mujeres de más de 60 años. En caso de que en tu familia ya haya habido alguien con desórdenes en la tiroides, más aún será bueno que hagas un examen preventivo.

Comúnmente, la respuesta más rápida se obtiene con un análisis de sangre que mide los niveles sanguíneos de la hormona que estimula las secreciones de la tiroides, así como la cantidad de hormonas tiroideas (T3 y T4) en la sangre.

Es fundamental que controles el funcionamiento de esta glándula, porque el hipotiroidismo, si no es tratado, puede aumentar los niveles de colesterol malo en la sangre, haciéndote subir de peso e incrementando el riesgo de un ataque cardíaco. En casos más serios, la ausencia de esta hormona en la sangre puede causar pérdida de conciencia e hipotermia. Por su parte, el hipertiroidismo no tratado provoca daños severos en el corazón y síndrome de huesos quebradizos.

Los problemas en la tiroides generalmente se tratan con medicamentos que sustituyen (en el caso de hipo) o inhiben (en el caso de hiper) la secreción de la hormona.

Un tratamiento a largo plazo brindará varios beneficios: más energía, un descenso en los niveles de colesterol malo y menos kilos. 

Algunas personas optan por someterse a una cirugía para remover la tiroides, pero el procedimiento se aconseja solo en caso de que no funcione la medicación. No obstante, quienes busquen eliminar el problema del hipertiroidismo extrayendo la glándula, deberán tomar medicación de por vida para tener los niveles suficientes de la hormona y no caer en el síndrome contrario, el hipotiroidismo.

Por otra parte, desarrollar cáncer de tiroides es muy poco común. Se calcula que solamente el 5% de los nódulos en la glándula son cancerosos. Pero si se presenta el caso, el tratamiento más común es una operación seguida de terapia de radiación.